sábado, 25 de junio de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 15 1/3: "Si aún tu corazón palpita por su nombre, no ahogues esos latidos".

  Ya ha trascurrido alrededor de un mes desde que sucedió aquel altercado con Chiharu. Y me preocupa, ya que no he sabido absolutamente nada de él. Pareciera como si se lo hubiese tragado la tierra. Ni siquiera se presentó en la exposición de los trabajos en pareja que habían de realizarse. 
  ¡Pero yo no tengo la culpa de nada! Porque, él fue el que causó todo esto. Gracias a su amante. Gracias a ese idiota de Hiroshi, nuestra relación se fue por la borda. ¡Cómo pude caer en tan grande falsedad! Debí haberle hecho caso a mi corazón. Nunca dejar que nadie penetre en tu corazón. Aunque debo confesar que... Chiharu ha entrado en él. No sé cómo, pero lo logró. Y me cuesta mucho desalojarlo de allí.
  Al menos mi trabajo ha progresado. Todos mis alumnos han mejorado sus calificaciones, y eso es bueno. Según Maikeru-kun, se debe a mi excelente enseñanza. Tanto así que he recibido un certificado enmarcado en plata, de mi increíble don para enseñar a los estudiantes. Sí, sé que suena exagerado. Incluso me rehusé de primera en recibir ese reconocimiento. Ojalá que mínimo, esto de verdad dure...

Arekusandā-san –dijo la secretaria asomándose a la puerta–. Tiene una llamada.
–Está bien –respondí–. Pásela por la línea dos.
–Enseguida, Sensei –dijo ella alejándose rápidamente hacia la recepción.
  Era raro que recibiera llamadas a mi oficina; sobretodo en la mañana de un miércoles.
–¿Buenos días, Areku-chan? –dijo la voz de la llamada.
–¿Sí...? –respondí algo confundido, ya que nadie en la academia, excepto Maikeru, me llamaba por mi apodo –¿Quién es?
–¡Venga! ¿No te acuerdas de mí? Soy Ruchia –dijo.
–¡Ruchia-sama! –exclamé sonriendo –¿Cómo has estado?
–Un poco preocupada, Areku.
–¿Por qué? 
–Pues... creo que me quedaré sin trabajo –respondió sonando triste.
–¿Qué? ¿Pero por qué? –pregunté asustado.
–Chiharu-san se va de Tokyo en la noche –explicó alarmada –. No sé a dónde vaya, pero estoy segura que será muy lejos de Tokyo. De hecho, me atrevería a decir que de Japón. Por lo tanto, ya no seré su representante. Sobre todo, me preocupa mucho su decisión... ¿Sabes por qué quiere irse? –preguntó muy asustada.
  Me quedé en silencio por un par de segundos. No sabía qué responder ni cómo reaccionar. ¡¿Chiharu-san se va de Tokyo?! ¡NO PUEDE HACERME ESTO! Q-quiero decir... poco me importa lo que s-suceda con él... ¡AHHH! ¡Demonios! ¡¿A quién engaño?! ¡No quiero perderlo! ¡Todo menos eso!
–N-no sé nada... –respondí aún muy asustado y preocupado –¿Dijiste que... se va hoy en la noche? –reiteré.
–Así es, Areku-chan –afirmó –. No sé si esto se deba a la discusión que surgió por culpa de Hiro-san, pero Chiharu desde el día en que te devolviste a tu casa, actúa el doble de frío y serio que antes. Es realmente alarmante el verle de esa forma. Incluso ahora fuma de a cuarenta o cincuenta cigarros por día. No se arregla como antes. Está muy despreocupado de sí mismo. Su casa es un desorden total. Y su biblioteca, está llena de polvo. 
–¿En serio...? –pregunté con un nudo en la garganta –Pero fue todo culpa suya...
–Perdóname por meterme en su relación –dijo –, pero estoy completamente segura que Chisa-kun no tenía la más mínima intención de lastimarte. ¡Él te ama! No puedo creer que te cambie por Hiroshi. Son grandes amigos, sí. Sin embargo, ¡hace casi veinte años que no se ven! Es casi imposible que exista una relación amorosa entre ellos dos. De hecho, Hiro-san está enamorado de Chiharu, pero justo por eso, Chisa-san se alejó de él. Mucho más desde el momento en que se te conoció en aquella exposición.
–¿Y cómo sabes que nos conocimos en ese evento? –pregunté con recelo.
Porque él me lo dijo –respondió –. Él no dejaba de hablar de ti. Siempre me decía cosas como: "Es tan adorable", o "no creo haber conocido una persona tan sincera y fiel como Arekusandā". Te ama, Arekusandā.
  Me largué a llorar al escuchar aquello. ¿Cómo es posible...? Él me engañó. ¿O no fue así? ¡Estoy tan confundido! Pero, a pesar de eso, no quiero que se vaya. ¡No, por favor!
–Areku... –murmuró Ruchia –si aún tu corazón palpita por su nombre, no ahogues esos latidos y lucha por ello –fue la frase que causó una reacción en mi alma. No podía dejarlo ir.
–Tienes razón –dije con decisión –. ¿En qué se va? ¿Tren?
–Sí –respondió Ruchia-sama –. Estará en la estación de la plaza. Buena suerte.
–Está bien. ¡Muchas gracias por avisarme! –exclamé secando mis lágrimas –No sé que haría si no fuera por tu ayuda y consejos.
–Basta ya –dijo ella con la voz tímida –. Gracias a ti, Chiharu volvió a la vida.
  Sonreí desde el otro lado del teléfono. Entonces me volví a despedir; colgué la llamada, y con mucha prisa, llevé a cabo la jornada. Todo el tiempo que estuve en la academia, no dejaba de pensar en Chiharu. ¿Se habrá ido antes de la noche? ¿Qué está haciendo? ¿Por qué tomó esa decisión tan drástica? Supongo que para no herirme... Si supiera que su partida sería mucho más dolorosa que cualquier otra cosa en este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario