miércoles, 29 de junio de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 15 3/3: "Si aún tu corazón palpita por su nombre, no ahogues esos latidos".

–Bien. Aquí es el único lugar que me falta por visitar... –dijo Chiharu bajando de su auto.
  Corrían lágrimas amargas por mis mejillas. Chiharu ya no está. Esto es todo. Hasta aquí había llegado mi misión en este mundo. Era como si quisiera prender un foco sin energía. Era como si deseara acercarme al fuego sin quemarme. Era simplemente imposible vivir sin él.
¡Arekusandā–gritaba Chiharu en cada rincón del bosque –¡Si estás ahí, respóndeme, por favor! ¡Te necesito...! –fueron sus incesantes gritos por lograr encontrar alguna pista. 
  Mis ojos deseaban cerrarse para nunca más volverse a abrir. Mi corazón deseaba dejar de bombear sangre. Mis pulmones, deseaban dejar de respirar... Sin embargo, una ráfaga de luz parecía haber iluminado mi alma entera. Escuché un grito, un grito proveniente de una voz muy familiar. Pero me limité a responder, porque simplemente, no deseaba ser encontrado. ¿Para qué? ¿Para después tener que vivir sin Chiharu? No. Prefiero la muerte antes que eso.
¡Arekusandā...! ¡Respóndeme! ¡Soy yo, Chiharu...!
  Aquél grito había penetrado a mis oídos como la luz del Sol penetra en el lugar más oscuro. "Soy yo, Chiharu". Entonces, mi alma volvió a mi cuerpo, y mi corazón, empezó a latir con fuerza.
¡¡Chiharu...!! –grité con la voz gastada.
¡AREKU! –exclamó Chisa-kun con una sonrisa indescriptible.
  Entonces, empecé a llorar. La felicidad que me invadía era imposible de explicar.
  Chiharu corrió hacia el lugar de donde mi voz provenía. Al acercarse a mí, se veía muy exhausto. Jadeaba con los labios secos. Y su rostro tenía algo de barba. Era cierto, él se había descuidado mucho. Su bello pelo lucía muy despeinado... Era una lástima verle en ese estado. Y todo por mí.
–¡Chiharu! –grité mirándolo a los ojos –¡Creí que te había perdido para siempre...! –dije llorando mientras lo abrazaba con fuerza.
¡Tonto! Jamás haría algo así. Cuando estaba en la estación, un profundo sentimiento me limitaba a acercarme a la fila del tren. A pesar de todo, yo sabía que no podría subirme para irme y alejarme de ti... Es algo que no haría ni nunca haré –dijo abrazándome entre sollozos –. Arekusandā Mitsou, te amo.
–¡Yo también te amo, Chiharu, te amo con todo mi ser! –respondí aferrándome a su cuerpo. Nos mantuvimos un buen tiempo abrazados. Mi cuerpo empezó a temblar, y mi vista, se nublaba. No entendía por qué sucedía eso. Sólo me importaba que Chiharu estaba ahí, a mi lado, cuidando de mí, abrazados en la oscuridad de la noche.
–¿Areku...? ¡Arekusandā! ¿Estás bien? –preguntó Chiharu mirándome a los ojos con expresión preocupada y triste, pero a la vez irradiando extrema felicidad.
–Sí... estoy bien... contesté sintiendo mi voz apagarse.
¡AREKUSANDA! –gritó Chisa-kun –¡RESISTE, POR FAVOR...! Pero sus gritos ya no eran oídos. Mi cuerpo había desmallado ante tanto maltrato y dolor.


• • 


–¿..Eh? ¿Dónde estoy? –pregunté abriendo mis ojos –¿Qué...? –. Al mirar a mi alrededor, observé que estaba acostado en una camilla, con suero y varias vendas dispersas en mi cuerpo. Estaba en un hospital. Miré a mi lado, y vi a Chiharu, durmiendo sin su chaqueta. Entonces fue cuando noté que ella cubría mi torso. Una lágrima brotó y permanecí en silencio, mirándolo dormir. 
  Pensar que estuve a punto de renunciar a la vida... imaginando tener que vivir sin él. Esto es como un sueño. Es como una película de esas donde el amor es más fuerte que todo. Aunque, eso también ocurre en la vida real, porque yo lo estoy viviendo. 
  Pasé casi una hora mirando a Chiharu dormir. De pronto, sus ojos empezaron a abrirse, y apenas me vio despierto, contemplándolo con delirio, se enderezó con prisa y una gran sonrisa se apoderó de su cara.
–Arekusandā, ¡estás despierto! exclamó mirándome –¡Enfermera, enfermera! –gritaba con agitación mientras salía del cuarto –¡Ya despertó! –dijo entrando con una de las enfermeras que aparentemente, me había monitoreado durante el tiempo que permanecí inconsciente. Ella se acercó a mí. Observó con atención todos los aparatos que me rodeaban, y luego, me sonrió. Anotó algo en la tabla de control y salió del cuarto, diciéndole a Chisa-san que le avisara de cualquier cosa que suceda.
–Chiharu... –dije mirándolo –¿Cuánto tiempo estuviste aquí? –pregunté.
–Desde... veamos... ayer por la noche –respondió sentándose a mi lado, arrimando la silla más cerca de la camilla –. Ahora estoy convencido de que en verdad posees sueño muy pesado –comentó riendo.
–No seas tonto –dije riéndome, evitando agitarme por las heridas que me causaban dolor al moverme –. Oye... 
–Dime.
–Gracias por cuidar de mí –dije sonriendo.
–No tienes por qué agradecérmelo, Areku –respondió acariciando mi frente –. Quien debe agradecerte soy yo. Si no hubieras llegado a mi vida, probablemente ahora sería un muerto en vida.
–No digas bobadas, Chiharu –dije –. Tu tienes todo para ser feliz. Tienes fama, dinero, fans...
–Pero no te tenía a ti –completó acercando su rostro –. ¿De qué me sirve el dinero y fama si no tengo amor? Es sólo basura lo demás. Lo único que brilla para mí eres tú, y nada más.
–Te amo –dije desde lo más profundo de mi corazón –. Te amo como nunca antes había amado.
  Entonces, él tomó mi mano derecha, y la colocó entre sus cálidas manos. Era la primera vez que sus manos no estaban frías.
–Te amo. Nunca lo olvides. Tú estás aquí –dijo colocando mi mano en su pecho –, en mí corazón. 
  Mi corazón empezó a latir con rapidez; y mi cabeza, comenzaba a ser invadida por sentimientos indescriptibles hacia Chiharu. Él acercó sus húmedos labios, y me besó con dulzura y sinceridad. 
  ¿Qué más podía pedir? Él y yo, juntos. Nada era más valioso que aquel momento.

domingo, 26 de junio de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 15 2/3: "Si aún tu corazón palpita por su nombre, no ahogues esos latidos".

–¿Por qué tanta prisa? preguntó Maikeru.
–Tengo un asunto de vida o muerte que debo resolver –respondí cerrando mi oficina.
  Eran alrededor de las 7:30 pm. Ya estaba oscuro, y mi preocupación, aumentaba a cada segundo.
–Pues que te vaya bien, Areku-chan –dijo Maikeru sonriendo.
  Dejé mi prisa por un momento. Con el corazón casi a punto de saltarme del pecho, lo miré.
–Gracias –contesté con seriedad.
  Salí de la academia como loco. Crucé las calles corriendo, no había tiempo de esperar un bus. Casi me atropellaron por no poner atención al semáforo. Gracias a un tipo que me jaló del saco, libré de haber quedado tirado en medio de la calle.
–¿Qué diablos pensabas, eh? –dijo una voz ronca.
–Lo siento... –respondí volteando –¡¿HIROSHI?!
–¿A dónde vas con tanta prisa? –preguntó mirándome a los ojos casi como si me estuviera amenazando.
–¡Éso no es tu problema! –grité respondiendo a su pregunta –Ahora, ¡suéltame! 
–De ninguna manera –dijo él tomándome con fuerza de ambos brazos –. ¿Crees que podrás evitar la partida de Chiharu? Pues no lo voy a permitir.
  Sentí un profundo miedo y pánico al escucharlo. 
  Me llevó hasta donde había un auto negro estacionado. Abrió el maletero del coche, y me arrojó con violencia a su interior. Aquello era prácticamente como un secuestro. Me había atado las manos con una soga. Y las piernas, las había amarrado con un cinturón de cuero. Tapó mi boca con un trapo de limpiar vidrios. Estaba lleno de magulladuras y heridas debido a que por tratar de escapar, él me golpeaba con lo que tuviera a mano.
–¡¿A DÓNDE ME LLEVAS?! –preguntaba constantemente con angustia.
A donde Chiharu ni nadie pueda encontrarte –contestó cerrando el maletero.
  Y echó a andar el auto.
  Me sentía sin fuerzas. Mi cuerpo estaba cubierto de moretones. Mi cara, cubierta de sangre. No podía comprender cómo aquello había sucedido en tan corta fracción de segundos.
  
• • 

–Necesito ubicar a Hiro-san... ¿Sabes a dónde se ha ido, Emi?
–No, Ruchia-sama. Hiroshi-Sensei salió del edificio sin decir a dónde iba.
–Esto es preocupante... Pero gracias de todas formas.
  Ruchia salió corriendo de la empresa donde Hiro-san trabajaba. 
  Encendió su teléfono, y con desespero, marcó el número de Chiharu.

–¿Ruchia? –dijo su voz, confundido –¿Que acaso todavía no borras mi número de tu celular?
–Agradece que aún no lo haya borrado. Escucha. Hiroshi al parecer trama algo.
–¿A qué te refieres? 
–No lo sé. Su actitud, su manera de desaparecer tan misteriosa de su trabajo... No quiero preocuparte, pero sospecho que está en alguna parte con Areku-chan.
–¿Ellos? ¿Y por qué debería preocuparme? Después de todo, Arekusandā y yo, no somos nada...
–No digas estupideces. Sé perfectamente que aún amas a Areku.
Veo que me conoces como la palma de tu mano.
No sé hacia qué lugar Hiroshi esté llevando a Areku, pero estoy segura que no será con buenas intenciones. Chisa-kun, por favor, debes  ir a buscarlo.
El maldito tren sale en diez minutos... Sin embargo, al demonio con el viaje. Arekusandā es y será siempre más importante –y dicho esto, colgó.
  Chiharu salió a toda velocidad de la estación. Corrió hasta su domicilio, se subió al auto y condujo como llama ardiente sin rumbo fijo. Sólo con la esperanza de encontrarlo sano y salvo, sin importar la distancia.

• • 

–Hemos llegado –dijo Hiroshi abriendo el maletero –. Muévete, idiota –dijo tomándome del pelo –. ¡Aquí la pasarás muy bien, muchacho! exclamó riéndose, azotándome contra el rocoso suelo.
–¡Vete al demonio, Fukuzawa! –exclamé sin aliento.
  Cómo me arrepentí de haber dicho aquello. Cogió una vara de hierro, y con ella, me golpeó hasta el cansancio. Mi cuerpo yacía en aquel lugar, bajo un sombrío árbol de cerezos, lleno de cortes y sangre, sangre por todos lados. Ya no tenía fuerzas para siquiera modular una palabra.
¡Adiós, Arekusandā–gritó, subiendo al  coche conducido con intensa rapidez.

• •  

  Chiharu conocía muy bien el auto de Hiro-san. Cada cierto tiempo, preguntaba a las personas que encontraba caminando en la acera. 
–Disculpe... –decía con desesperación –¿No ha visto un auto grande, de color negro y con faroles azulados? Tiene un alerón de color blanco.
–No, señor. No lo he visto –era la repetida respuesta que recibía de cada persona a la que preguntaba.
Maldición... –se decía a sí mismo –¿Dónde podrá estar...?
  En un intento por encontrarlo casi al borde de la locura, Chiharu comenzó a gritar su nombre en todas las calles que pasaba. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar. Su boca, seca de tanto gritar. 
  Recorrió prácticamente todo Tokyo. Sin embargo, quedaba sólo un lugar por el cual no había pasado: El sendero de los cerezos. 
  Era conocido por ser un camino solitario y lleno de árboles de cerezo. Poca gente pasaba por él.
Quizá Hiroshi buscaba un lugar sin personas a su alrededor... –pensaba –Por lo tanto, es muy probable que haya ido hasta allá...

• •  

  Ya había perdido las esperanzas de vivir... Chiharu estaría ya, camino hacia un lugar lejano... Ya no logré impedir su ida. Siendo así, ¿para qué seguir viviendo? Sin él, mi vida pierde argumentos para existir...
  Sin embargo, mis ojos se iluminaron debido a la fuerte luz que asomaba por el camino. De primera parecían linternas débiles. Después, me percaté que en realidad eran dos faroles encendidos como llamas de fuego. Sea quien sea, rogaba a Dios que no me viera; porque sin Chiharu Takemura, mi vida, había sufrido una ruptura... una ruptura que había acabado con el aliento de mi alma...

sábado, 25 de junio de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 15 1/3: "Si aún tu corazón palpita por su nombre, no ahogues esos latidos".

  Ya ha trascurrido alrededor de un mes desde que sucedió aquel altercado con Chiharu. Y me preocupa, ya que no he sabido absolutamente nada de él. Pareciera como si se lo hubiese tragado la tierra. Ni siquiera se presentó en la exposición de los trabajos en pareja que habían de realizarse. 
  ¡Pero yo no tengo la culpa de nada! Porque, él fue el que causó todo esto. Gracias a su amante. Gracias a ese idiota de Hiroshi, nuestra relación se fue por la borda. ¡Cómo pude caer en tan grande falsedad! Debí haberle hecho caso a mi corazón. Nunca dejar que nadie penetre en tu corazón. Aunque debo confesar que... Chiharu ha entrado en él. No sé cómo, pero lo logró. Y me cuesta mucho desalojarlo de allí.
  Al menos mi trabajo ha progresado. Todos mis alumnos han mejorado sus calificaciones, y eso es bueno. Según Maikeru-kun, se debe a mi excelente enseñanza. Tanto así que he recibido un certificado enmarcado en plata, de mi increíble don para enseñar a los estudiantes. Sí, sé que suena exagerado. Incluso me rehusé de primera en recibir ese reconocimiento. Ojalá que mínimo, esto de verdad dure...

Arekusandā-san –dijo la secretaria asomándose a la puerta–. Tiene una llamada.
–Está bien –respondí–. Pásela por la línea dos.
–Enseguida, Sensei –dijo ella alejándose rápidamente hacia la recepción.
  Era raro que recibiera llamadas a mi oficina; sobretodo en la mañana de un miércoles.
–¿Buenos días, Areku-chan? –dijo la voz de la llamada.
–¿Sí...? –respondí algo confundido, ya que nadie en la academia, excepto Maikeru, me llamaba por mi apodo –¿Quién es?
–¡Venga! ¿No te acuerdas de mí? Soy Ruchia –dijo.
–¡Ruchia-sama! –exclamé sonriendo –¿Cómo has estado?
–Un poco preocupada, Areku.
–¿Por qué? 
–Pues... creo que me quedaré sin trabajo –respondió sonando triste.
–¿Qué? ¿Pero por qué? –pregunté asustado.
–Chiharu-san se va de Tokyo en la noche –explicó alarmada –. No sé a dónde vaya, pero estoy segura que será muy lejos de Tokyo. De hecho, me atrevería a decir que de Japón. Por lo tanto, ya no seré su representante. Sobre todo, me preocupa mucho su decisión... ¿Sabes por qué quiere irse? –preguntó muy asustada.
  Me quedé en silencio por un par de segundos. No sabía qué responder ni cómo reaccionar. ¡¿Chiharu-san se va de Tokyo?! ¡NO PUEDE HACERME ESTO! Q-quiero decir... poco me importa lo que s-suceda con él... ¡AHHH! ¡Demonios! ¡¿A quién engaño?! ¡No quiero perderlo! ¡Todo menos eso!
–N-no sé nada... –respondí aún muy asustado y preocupado –¿Dijiste que... se va hoy en la noche? –reiteré.
–Así es, Areku-chan –afirmó –. No sé si esto se deba a la discusión que surgió por culpa de Hiro-san, pero Chiharu desde el día en que te devolviste a tu casa, actúa el doble de frío y serio que antes. Es realmente alarmante el verle de esa forma. Incluso ahora fuma de a cuarenta o cincuenta cigarros por día. No se arregla como antes. Está muy despreocupado de sí mismo. Su casa es un desorden total. Y su biblioteca, está llena de polvo. 
–¿En serio...? –pregunté con un nudo en la garganta –Pero fue todo culpa suya...
–Perdóname por meterme en su relación –dijo –, pero estoy completamente segura que Chisa-kun no tenía la más mínima intención de lastimarte. ¡Él te ama! No puedo creer que te cambie por Hiroshi. Son grandes amigos, sí. Sin embargo, ¡hace casi veinte años que no se ven! Es casi imposible que exista una relación amorosa entre ellos dos. De hecho, Hiro-san está enamorado de Chiharu, pero justo por eso, Chisa-san se alejó de él. Mucho más desde el momento en que se te conoció en aquella exposición.
–¿Y cómo sabes que nos conocimos en ese evento? –pregunté con recelo.
Porque él me lo dijo –respondió –. Él no dejaba de hablar de ti. Siempre me decía cosas como: "Es tan adorable", o "no creo haber conocido una persona tan sincera y fiel como Arekusandā". Te ama, Arekusandā.
  Me largué a llorar al escuchar aquello. ¿Cómo es posible...? Él me engañó. ¿O no fue así? ¡Estoy tan confundido! Pero, a pesar de eso, no quiero que se vaya. ¡No, por favor!
–Areku... –murmuró Ruchia –si aún tu corazón palpita por su nombre, no ahogues esos latidos y lucha por ello –fue la frase que causó una reacción en mi alma. No podía dejarlo ir.
–Tienes razón –dije con decisión –. ¿En qué se va? ¿Tren?
–Sí –respondió Ruchia-sama –. Estará en la estación de la plaza. Buena suerte.
–Está bien. ¡Muchas gracias por avisarme! –exclamé secando mis lágrimas –No sé que haría si no fuera por tu ayuda y consejos.
–Basta ya –dijo ella con la voz tímida –. Gracias a ti, Chiharu volvió a la vida.
  Sonreí desde el otro lado del teléfono. Entonces me volví a despedir; colgué la llamada, y con mucha prisa, llevé a cabo la jornada. Todo el tiempo que estuve en la academia, no dejaba de pensar en Chiharu. ¿Se habrá ido antes de la noche? ¿Qué está haciendo? ¿Por qué tomó esa decisión tan drástica? Supongo que para no herirme... Si supiera que su partida sería mucho más dolorosa que cualquier otra cosa en este mundo.

jueves, 23 de junio de 2011

Riko-tekina ai no tetsugaku - Capítulo 14 2/2: "El significado de la canción".

  Empezaba la canción que había compartido con Nowaki-san aquella tarde. Mi voz se encendió y comencé a cantar, contemplando al público. Su título era "One night", una canción realmente curiosa pero a la vez profunda. En ella se cuenta cómo el personaje se enamoró de un desconocido en una sola noche, sin siquiera conocerle bien. No sé de dónde saqué su contenido, pero apenas canté la primera estrofa, todos los espectadores presentes parecían muy identificados con ella. Mientras cantaba, observaba cada rincón del público. Unos lloraban, otros gritaban, era una experiencia totalmente mágica para mí. 
  Sin embargo, a mitad de la canción, noté un singular fan entre los presentes. Alto y de cabello café claro. Muy bien vestido. Estaba ubicado en la última fila, parado. Me miraba fijamente, con un rostro serio y concentrado. Ante su indiscutible belleza, me di cuenta, sin duda alguna, de quién se trataba. Era Nowaki. Estaba allí, ¡presente en mi concierto! Jamás creí que pudiera haber venido. Apenas me percaté de su presencia, mi corazón se aceleró de una manera casi peligrosa. En un instante, nuestras miradas permanecieron fijas, la una en la otra, causando que mi voz se intensificara a tal punto que me vi en la necesidad de alejar el micrófono un poco de mi boca, porque cuando cantaba, lo hacia con un sonido muy fuerte. Empecé a sudar y una lágrima corría por mi mejilla. Sentía como si estuviera extasiado de tanta felicidad y emoción que en ese momento me invadía. Fue la primera vez en toda mi vida en la que canté con el corazón. Pareciera como si gracias a él, por fin hubiese logrado inspirarme. Fue como si... me hubiera enamorado.
  El concierto finalizó y el público se retiró. Excepto Okawa-san y Nowaki. Okawa-san se acercó a nosotros cuando bajamos del escenario, mientras que Nowaki permaneció inmóvil en aquella fila, sólo mirándome fijamente.
–¡Simplemente magistral! –exclamó Okawa-san aplaudiendo, entretanto sonreía.
–¡Muchas gracias, Sensei! –respondí haciendo una reverencia.
–No me lo agradezcas, muchacho –dijo Okawa realizando un movimiento despreocupado con su mano –. Ustedes tienen talento, ¡no hay argumento que me haga cambiar de opinión! 
¿Ahora entiende de lo que hablaba, señor? Ellos son "Invisible Lover" –dijo Kaito apareciendo detrás de nosotros, con un tono orgulloso –, ¡en ellos está puesta mi esperanza! 
–Ya lo veo, ya lo veo... –comentó Okawa-san.
  Estar parado frente a Okawa-san, recibiendo elogios de su parte, fue algo estupendo. Pero no podía ignorar la constante mirada de Nowaki que me seguía sin cesar. Me despedí de ellos, y con algo de vacilación, caminé hacia donde Nowaki se encontraba. Pude percibir como su mirada, aún estando cerca suyo, no dejaba de estar fija en mí.
–Te dije que no tenías talento, ¿no es así? –dijo Nowaki con voz seria.
–Así fue –contesté asintiendo –. ¿Y todavía piensas lo mismo? –pregunté mirándolo.
–Estuve un buen rato afuera del edificio mientras cantabas –dijo mientras fumaba su casi terminado cigarrillo –, y tu voz era simplemente mediocre. Entré, me paré en este lugar, y tu voz, simplemente, cambió de tono –dijo tirando el cigarro al suelo, pisándolo después –. ¿Puedo preguntarte por qué? –dijo acercándose a mí.
–Y-yo... –respondí nervioso con su acercamiento –sólo canté con el corazón.
  Nowaki me miró de una forma tan distinta, que pude sentir casi como si estuviera escudriñando mi interior.
–¿Cantaste... con el corazón? –reiteró con tono susurrante.
–S-sí.
–Entonces, ¿me has hecho caso, verdad? –preguntó acercando su rostro al mío, manteniendo su actitud seria y seductora.
  Yo sólo asentí. 
–¿Y a quién se la has dedicado? –volvió a preguntar. Esta vez, podía sentir su aliento, debido a que menos de cinco centímetros eran los que separaban nuestros rostros. Empecé a sentir la misma sensación que había experimentado sobre el escenario. Mis manos empezaron a sudar y mi corazón a latir de manera muy acelerada.
–A ti –respondí, desahogando aquél pensamiento. 
  No podía creerlo. Aquellas dos palabras habían salido de mi boca de forma instantánea. La expresión facial de Nowaki se tornó, de pronto, en una expresión seria, acompañada de una sonrisa muy atractiva y sutil. Su lengua mojó aquel par de gruesos y suaves labios. Su mano izquierda abrazó mi cuerpo, y sin ningún pudor, en ese mismo lugar, me besó apasionadamente. 
  Sentí... a decir verdad, no logro decir qué fue lo que exactamente había sentido. Simplemente perfecto. Tal cual él es. Nuestras bocas estuvieron juntas durante varios segundos. Cuando Nowaki dejó de besarme, se alejó un poco de mí. Pasó un dedo por su lengua y musitó:
–Tus labios son bastante deliciosos –dijo sonriendo levemente –. Cuídalos. Un sabor así es prácticamente único en esta vida.
  Me había dejado sin habla. Lo que había dicho, su voz, su piel... Tenía tantas ganas de tirarme encima suyo, pero la presencia no muy lejana de Okawa-san, Kaito y Nori me impedían hacerlo.
–Nowaki... –susurré mirándolo con pasión.
–Shhh –dijo en voz baja, colocando su dedo en mis labios –. No digas nada. 
  En aquél momento, Nori-Senpai, acompañado de Okawa-san, había llegado hasta donde Nowaki y yo estábamos. Nos separamos disimuladamente, aunque Nori le miró con desconfianza.
  Era momento de irnos. Nowaki me miró de una manera que parecía significar un "adiós". Caminé en silencio junto a Kaito y Nori hacia la van que nos llevaría a almorzar, invitados por Okawa-san.
  Odio decir esto, pero creo que Nori-Senpai se dio cuenta de lo que había sucedido entre Nowaki y yo. Pero, ¡no me importa! Nada ni nadie puede arruinar el precioso momento que acabo de tener.

Riko-tekina ai no tetsugaku - Capítulo 14 1/2: "El significado de la canción".

–Ehm... Nori-kun... –dije dubitativo mirando a la ventana.
–¿Uhm? –respondió Nori mirando su programa favorito de televisión.
–¿Soy bueno escribiendo canciones, verdad? –pregunté cabizbajo.
–¿Por qué lo preguntas, Misaki? –dijo volteándose.
–Es que... –expliqué titubeando –al parecer mis canciones no tienen "sentido".
–¿Eh?
–Sí. Sucede que hoy recapacité gracias a... a mi paseo por el centro, y me he dado cuenta que nunca he sentido un reflejo real de mis sentimientos o experiencias en las letras.
–¿Te refieres a que no sabes por qué surgen y hacia dónde van las canciones? –aclaró Nori-Senpai.
  Asentí con algo de pena.
–Pues debo decir que has dado en el clavo, amigo –confesó con expresión aliviada –. Hace mucho me había dado cuenta de eso. Sin embargo, preferí no decírtelo, porque pensaba que lo tomarías de mala forma. Debes pensar en alguien y escribirle. Con ese fin se hacen las canciones, para expresar sentimientos o para servir como un medio de protesta contra algo o alguien. –De pronto, su mirada se tornó un tanto fogosa –¿Te doy un consejo? Búscate una novia. Así tendrás una buena razón para escribir versos. Incluso surgirán de la nada, ya que sabrás qué decir al respecto. Simplemente porque lo estás viviendo.
–¿Qué...? No, yo... 
¿Tú qué? –dijo esperando a que terminara la oración.
–Yo recapacitaré al respecto –continué cambiando algunas partes de lo que iba a decir –. Quizá tengas razón. Quizá deba buscar una chica... –culminé, diciendo esto último con un tono amargo.
  Después de aquel consejo, no proseguí con el tema. 
  Me levanté del sillón, caminé lentamente hacia el baño, y luego de cepillarme los dientes, me dejé caer con cansancio a la cama. 
  "Novia", esa fue la palabra que se paseó en mi mente durante todo lo que restaba de la noche. ¿Será tan difícil conseguir alguien especial? Lo único que deseo es que, si llegara a encontrar a mi "media naranja", fuese algo sincero y real. No me gustaría estar con alguien sólo porque me urge conseguir una fuente de inspiración para poder componer canciones.
  Mientras trataba de olvidar por un momento el tema anterior, me vino a la cabeza como estrella fugaz aquél sujeto de la cafetería. No sé por qué, pero deseo verle de nuevo...


–¡NORIIII! –exclamé saltando a su cama –¡DESPIERTAAAA!
–¡¿Qué demonios...?! –respondió él, levantándose entretanto me contemplaba con susto.
¡ES HOY! ¡HOY TOCAREMOS EN "SHINARIO NO CHIKARA"! Y más encima, frente a Kenji Okawa-Sensei.
  A Nori no pareció agradarle mucho mi recordatorio.
–Ya lo sé, Misaki –dijo empujándome de lado –. ¿Acaso crees que soy tan tonto como para olvidarlo? –preguntó sonando enojado.
–No, claro que no –respondí riendo un poco nervioso –. Nori... ¿estás enfadado?
–No –contestó –, ¿por qué debería?
–Sólo preguntaba.
Pues deja de preguntar, porque con esas preguntas, cualquiera se enojaría –dijo riendo, pasando su mano en mi cabeza.
  Después de haber desayunado, bajamos al primer piso y muy deprisa nos dirigimos hacia el estudio, donde Kaito (nuestro representante), nos estaba esperando para ensayar antes del concierto.
  Ambos, antes de entrar al edificio, respiramos profundo y con un nerviosismo alegre, seguimos nuestro camino.
  Cuando ingresamos al estudio, Kaito estaba hablando con un sujeto alto y de cabello rojo. Su elegante vestimenta me hizo pensar que era alguien importante. Y lo era. Nada más y nada menos que Aoi Nabunaga-Sensei, el Presidente de la discográfica BigSTART, la más importante y elogiada de todo Japón. Siempre he tenido gran admiración por él, ya que desempeñó la labor de guitarrista en la banda "Infinite Magical" alrededor de los años 90'. Era una de las mejores agrupaciones de aquél entonces. Fui un gran fan de ellos. Pero lamentablemente se separaron debido a la salida de su vocalista en 1995.
–¡Increíble! –dije mirándolo con emoción –¡¡Nabunaga-Sensei!!
–¡Vaya!, ¿pero qué tenemos aquí? –exclamó dirigiéndose a nosotros –Ustedes deben ser los integrantes de "Invisible Lover", ¿cierto? –preguntó sonriendo.
–Así es, señor –contestó Nori devolviéndole la sonrisa –. Es un placer el poder conocerlo en persona –expresó Senpai haciendo una reverencia. Segundos después, saliendo de mi profunda devoción, hice la reverencia, imitando a Nori.
–Jóvenes –dijo de repente Nabunaga-Sensei –, me he enterado que se presentarán dentro de dos horas en "Shinario no Chikara". Mis mejores deseos de suerte para su debut.
–¡Muchas gracias, Nabunaga-Sensei! –exclamé sonriendo de oreja a oreja.
–Gracias –dijo Nori-kun sonriente –. Disculpe usted, pero no puedo evitar la curiosidad por saber a qué se debe su visita.
–Oh, sí, sí. Estoy aquí porque quería tener una pequeña charla con su representante. Pero creo que ya hemos terminado. Así que creo que es momento de irme. Ha sido un gusto conocerlos –dijo Nabunaga-san caminando con paso fino hacia la puerta –. Estaré ansioso por saber cómo les irá en su presentación. –Volteó su rostro en dirección a Kaito –Adiós.
–¡A-Adiós, Sensei! –respondió con una sonrisa muy nerviosa –¡Qué le vaya bien!
  Cuando se retiró y cerró la puerta, tanto Nori como yo, le dirigimos una mirada confusa y llena de curiosidad a Kaito-san. Queríamos saber con desespero por qué el Presidente de BigSTART estaba en este lugar, y sobre qué trataba lo que habían hablado.
–Oigan, chicos, no sean entrometidos –contestó ignorándonos con nerviosismo –. No sucedió nada fuera de lo común...
Pues yo no te creo –dijo Nori con seriedad.
–¡Yo tampoco! –seguí después de Senpai con energía –Anda. Dinos de qué hablaban.
–De acuerdo, ¡de acuerdo! Les diré –aceptó Kaito con pesadez –. Creo que Nabunaga está convencido de que ustedes pueden ser mucho mejores... –comenzó a explicar con algo de miedo.
–¿Pero...? –dije intentando apresurar la explicación.
–Y por éso, quiere que incluya un nuevo integrante a la banda –culminó, diciéndolo con extrema preocupación.
–¡¿QUEEEEEEEEEEEEEEEE?! –grité –¡SI INCLUIMOS ALGUIEN MÁS, DEJARÁ DE SER EL "INVISIBLE LOVER" QUE EL PÚBLICO CONOCE! –dije lleno de pánico.
–Imposible –continuó Nori –. ¿Por qué quiere que se agregue un integrante más? 
–Según él para incrementar las ventas –respondió Kaito-kun, sentándose con aire vencido.
–Debemos aceptar, Misaki, que las ventas han bajado considerablemente... –admitió Nori.
–Ya sé, ya sé –contesté bajando la voz con un poco de timidez –. ¿Entonces aceptarás su consejo, Kaito? –le pregunté aceptando la realidad.
–No lo sé, Misa-chan... lo voy a pensar –respondió llevando su mano derecha a la cabeza.
  Todos permanecimos en silencio durante varios minutos. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido. De pronto, volvió a mi mente el motivo por el cual nos habíamos reunido: ensayar.
–Bueno, dejemos ese tema de lado –dije rompiendo el silencio –. ¡Vamos a ensayar! Si no me equivoco –dije mirando el reloj de la sala –, ¡quedan sólo unas pocas horas para que comience el show! ¡Debemos prepararnos ya!
–¡Cierto! –reaccionó Nori –Venga, ¡vayamos a ensayar!
–¡Sí! –dijo por último Kaito-san –¡Ya me había olvidado de eso!
  Los tres nos dirigimos con mucha prisa al subterráneo, lugar acondicionado para nuestros ensayos. Conectamos todos los instrumentos y la música empezó a sonar a todo dar. Cuando faltaban sólo treinta minutos para el inicio de nuestra presentación, corrimos a cambiarnos de vestuario y a peinarnos. El conteo para que comenzara el concierto empezó en mi mente. Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno... "¡Welcomeeeeeeeeeeeeeeee!". Finalizada aquella palabra, todos empezaron a gritar, y el primer acorde, comenzó a sonar.