martes, 31 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 11 1/3: "Lo que hago por amor".

  Son las 6:30 de la tarde, media hora para que empiece la fiesta de Chiharu. Él ya se ha ido, y yo estoy aquí, en su casa, sentando en el sofá mirando la televisión con una soda en mano. No puedo evitar pensar todo el tiempo en esa expresión que su rostro hizo cuando cruzó la puerta antes de entrar a su auto. ¿Estará furioso? ¿Triste? ¿Feliz? No creo que esté feliz. Ruchia me dejó mal con esa frase: "Di que sí, si en verdad lo amas". ¡Por supuesto que lo amo! Sin embargo, presentarme a una fiesta, por obligación, no es adecuado. Claro que si uno lo hace por amor todo cuenta... Demonios, por amor...

–¡Chisa-kun! ¡Creí que todos estos millones se perderían por tu ausencia! –exclamó Ruchia saludándolo con una carcajada –¿y tu acompañante...? –preguntó algo asombrada.
–Vine solo –respondió Chiharu de una manera fría y seria –¿a dónde debo ir? Quiero terminar con esto lo más temprano posible.
–Claro –contestó Ruchia pensativa –. Primero, debes ir a firmar algunos autógrafos afuera del establecimiento, luego, dar la conferencia a las 7:15 y al final, ir al gran salón para dar tu discurso y compartir con los invitados.
–Muy bien –respondió él caminando hacia la salida – pásame un bolígrafo –dijo mirando a Ruchia.
–Aquí tienes –dijo entregándolo –, y no olvides que nadie puede pasar la línea del límite y tampoco besarte, abrazarte o tocarte, son órdenes del organizador.
–Sí, ya lo sé –contestó caminando hacia los fans que se habían amontonado en la entrada. La mayoría de ellos eran mujeres que rodeaban los 15 y 30 años.

–¡CHIHARU TE AMO! –se escuchaba a las jóvenes gritar con desespero mientras él pasaba firmándoles el cuaderno, alguna obra que hayan comprado y algunas, hasta le pedían que firmara su brazo. Pasó 10 minutos firmando la mayor cantidad de autógrafos que pudiera, para que al finalizar, fuera directo a la conferencia de prensa que le tenían preparada.

–He terminado –dijo Chisa-san regresando con las manos repletas de regalos y chocolates –¿dónde puedo dejar todo esto? Me lo llevaré a casa después.
–Dámelo todo, Chisa-kun –respondió Ruchia –los mandaré dejar en tu auto.
–Y ahora, a la conferencia... –dijo él entregándole la montaña de regalos que traía –vamos –culminó subiendo al ascensor.

–No debería estar aquí, ¡no debería estar aquí! 

–¡La conferencia ha sido magnífica! –dijo un señor alto bien vestido entretanto estrechaba su mano con la de Chiharu –Mis más sinceras felicidades, eres todo un artista de la espátula.
–Muchas gracias, Hiro-san –respondió él sonriendo levemente –, espero verte en el hall.
–Por supuesto, Chiharu, ¡allá nos veremos! –exclamó alejándose.
–¿Estás listo, Chisa-kun? –preguntó Ruchia mirándolo –Oye, ¿te encuentras bien?
–Sí, estoy listo –contestó evadiendo la respuesta.
–Es por Mitsou que estás así, ¿verdad?
–¡Te dije que estoy bien! –respondió Chiharu caminando hacia el salón.
–¡Espérame! ¡Chisa-kun! –exclamaba ella corriendo detrás de él.

–¿Usted es...? 
–Sí, él mismo.
–Muy bien, pase.

–Nunca vi tanta gente vistiendo de blanco en mi vida... –murmuró Chiharu mirando la multitud mientras salía del ascensor.
–Ah pues se debe a que exigimos que todos vinieran vestidos de blanco, ¡tu color favorito! –respondió Ruchia sonriente –Anda, ve y salúdalos.
–Por Dios, no eres mi madre, Takashi –dijo Chiharu mirándola con gesto aburrido.
–De acuerdo, Chisa-kun –contestó ella riendo entre dientes –iré a saludar y servirme ponche.
–Muy bien –dijo él sonando cansado y poco animado –te veo luego.

–Lo que hago por amor... –murmuró una voz baja –. Hay tanta gente que me es muy difícil identificarlos, sobre todo porque están vestidos como una odiosa marea blanca. ¿Dónde estás, Chiharu?

–Mira que descortés ése sujeto de ahí –comentó una mujer que conversaba con Chiharu –el anfitrión es el único que tiene derecho a vestirse de otro modo, ¡y el está vestido de un traje negro! Más que insolencia tan descarada –decía mirando hacia la puerta.
–¿Qué? –dijo Chiharu volteándose hacia la entrada confundido –¿...Arekusandā? –dijo mientras le nacía una gran sonrisa.

lunes, 30 de mayo de 2011

El blog de tu ayuda necesita.

¡Publica y promociona la novela! Sugiere el grupo a tus amigos, manda los links a quienes gusten del género yaoi, ¡ayuda a que crezca este gran grupo fan de Ai No Tetsugaku! Espero tu cooperación. Muchas gracias a todos los lectores que día a día siguen las publicaciones de los nuevos capítulos. Si he de demorarme en subirlos es debido a la gran cantidad de trabajos, tareas y un sin fin de tests que debo realizar, pero siempre cumpliré con subir un nuevo capítulo, a más tardar, una semana y unos días :) .. 

Se despide, 
Yuki Ryuichi.

viernes, 20 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 10 2/2: "Sentimientos carmesí".

  Me siento la persona más dinámica de todas. Hace apenas unas horas atrás me repugnaba la idea de que hubiera algo entre Chiharu y yo, pero, ahora, pareciera como si nada de eso existiera. Tan solo... no sé qué decir. Es algo que aún me cuesta digerir. Chiharu Takemura, el exitoso pintor de BL, que por cierto yo soy el protagonista de las obras, y Arekusandā Mitsou, un simple profesor de Filosofía, juntos, como los perfectos amantes que son. No negaré que pensar en ello me causa temor al hecho de como vayan a reaccionar los demás pero, realmente está empezando a darme lo mismo. Por lo menos sé que cuento con el apoyo de Igunashio-Senpai.
  Con mis padres en Brasil me da un poco más de tranquilidad también. Pero, ¿qué rayos tienen que ver mis padres con todo esto? De todos modos nunca les ha importado lo que sucede en mi vida.
  Recién terminé de haber desayunado. Chiharu-san se ha levantado a contestar el teléfono. Al parecer es una llamada relacionada con su oficio. Estuvo un buen rato anotando cosas en su pequeña libreta.
–¿Por qué tanta demora en una llamada? –pregunté mirándolo.
–Me han llamado de mi oficina –respondió –quieren que asista a una fiesta que han organizado en conmemoración por las exitosas ventas que mis pinturas han tenido –dijo mientras me sonreía.
  ¡¿Una fiesta para él?! 
–¿Una fiesta...? –dije confundido.
Sí –contestó sonriente –y quiero que tú estés ahí conmigo –dijo acercándose.
  ¡¿Una fiesta para él y quiere que yo vaya?!
–¿Quieres... que yo vaya contigo? –pregunté vacilando.
–Por supuesto –respondió él poniéndose serio. –¿O es que acaso dirás que no? 
  No sabía que responder.
–No lo sé... creo que mejor no voy –dije algo apenado –¿qué haré yo en esa fiesta? Estaría muy fuera de lugar. Todos muy elegantes y...
–Éso no es problema para ti –se adelantó a decir –toma –dijo acercándome una llave –esta es la llave del armario. Allí encontrarás un traje que he comprado para ti –decía dándose la media vuelta hacia el living –así que, no tienes excusas. ¿Irás o no?
–...Chiharu, te agradezco que hayas comprado un traje para mí... pero, creo que no iré. Todo lo que ha pasado, las noticias, los rumores. Que yo aparezca en la fiesta sería un break point en las sospechas de una relación entre tú y yo. 
–Entonces, no irás.
–No –respondí tragando saliva. Fue un trago amargo. Creí que lloraría por haberle negado la invitación.
  Chiharu-san no respondió. Siguió su camino, se sentó en el sofá y prendió un cigarro.
–¡CHISA-KUN! –se oyó exclamar a una dama cruzando la puerta estrepitosamente –¡Estos son los diseños de las invitaciones! ¡Échales un vistazo!
  Entró con un maletín repleto de pequeñas copias de todos los colores. 
  Su aspecto era demasiado frívolo. Su nariz respingada y cabello rojo oscuro le daban un aspecto glamoroso pero, a la vez, un estilo totalmente radical a lo que debiera lucir. En mi opinión, jamás había visto secretaria alguna como ella. Digo secretaria porque supongo que eso es...
–¿Qué rayos haces aquí? –respondió Chiharu volteando la cabeza con aspecto de horror. 
–¡¿Cómo que qué hago aquí?! ¡Soy la encargada de tus eventos y ventas! –respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja, al mismo tiempo que volteaba la cabeza de un lado a otro con aspecto feliz. Creo que se percató de mi presencia pocos minutos después de haber aparecido de esa manera, ya que al verme dejó de actuar de ese modo, para pasar a una conducta que incluía ojos brillosos, dejación total de lo que la rodeaba, y nos miraba a ambos, a Chiharu y a mí, con gesto coqueto y de asombro.
–¿Arekusandā Mitsou? –inquirió mirándome de pies a cabeza.
–Sí... –contesté mirándola con recelo –¿Cómo lo sabes?
–Chisa-kun me ha hablado mucho de ti –respondió ella sonriendo.
  En ese momento, noté un leve quejido de Chiharu-san, entretanto mis mejillas se enrojecían por la respuesta de la señorita: "Me ha hablado mucho de ti"... 
–A todo esto, no quiero presentarme a la fiesta –dijo inhalando de su cigarrillo.
–¿Estás loco? ¡Debes presentarte! La fiesta es hoy en la noche –respondió ella con la mirada asustada.
–Oiga, ¿cuál es su nombre? –pregunté a la rara visitante.
–Mi nombre es Ruchia Takashi, y soy la representante de Chisa-kun –dijo sonriente extendiendo la mano.
–U-un placer, Ruchia-san –respondí estrechando la mano.
  Conque a Chiharu-san le dicen Chisa... No sabía que un tipo tan serio y seductor tendría un apodo tan divertido y sencillo.
–Recuerdo haberte dicho, Ruchia, que no necesitaba de tus visitas en mi casa, mucho menos en los fines de semana –decía Chiharu-san mirándola con enojo.
–Te recuerdo que el señor Takemura no se entera de nada debido a sus ausencias. S tu cooperaras un poco más en las juntas que realizamos cada martes en Shibuya no me vería en la necesidad de visitarte todas las semanas. ¡No has asistido a ninguna de las reuniones desde que se iniciaron! Es por eso que debo venir a informarte de las noticias y decisiones que se toman cada vez que nos congregamos.
–¿Y por qué no vas? –pregunté tímido a Chiharu.
–Porque tengo cosas más importantes que atender –contestó levantándose –. Por lo menos, una sola semana, ahórrame el disgusto de tener que oír las estupideces que se discuten entre ese bando de corruptos, ¿de acuerdo? Ahora, ¿algo más que decir? Me parece que ya debes irte.
–¡Tonterías! –exclamó ella dirigiéndose hacia mí –¿Está todo bien? –preguntó mirándome.
–Sí, todo bien –respondí sonriendo levemente –. ¿Por qué la pregunta?
–No, por nada... –respondió ella –. Muy bien, me iré. Debo arreglar los últimos detalles para la fiesta cuanto antes. Chisa-kun, ¡te espero en la fiesta! Puedes llevar un invitado si quieres... –dijo mirándome.
–No iré, de todos modos a quien decidí invitar, me dijo que no, por lo tanto, menos ganas tengo de presentarme en ese lugar –respondió Chiharu-san mirándome, enseguida girando la cabeza hacia otro lado.
–Eso no importa, te quiero ver en la fiesta. ¡340 personas estarán ahí! Debes ir –dijo volteando hacia mí –y... –dijo acercando su rostro –sospecho que tú eres su invitado especial. No hagas que la empresa pierda dinero en los arreglos que no servirán de nada si Chiharu-san no viene. Dile que sí, si en verdad lo amas... –culminó caminando hacia la salida –¡Hasta pronto, chicos! –se despidió agitando la mano.
  ¡¿Qué diablos haré ahora?! "Dile que sí, si en verdad lo amas". ¡Por amor de Dios! No hallo qué hacer ahora. Lo amo... sí. Pero, ¡¿qué rayos hago?! No me sentiré cómodo en aquel lugar, ¡rodeado de gente importante y adinerada! Encima con todo lo que ha pasado, me da mucha más vergüenza presentarme como el "acompañante" de Chiharu, el protagonista de esos rumores. De verdad, no sé qué hacer...

sábado, 14 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 10 1/2: "Sentimientos carmesí".

  Odio el hecho de que no me defiendo de sus besos. ¡Nunca logro escapar de ellos! ¿Qué es todo esto? Estoy confundido. Asustado... ya no sé quién soy.

–¿Te sientes bien? –Preguntó Chiharu –No has probado tu comida.
–Sí... estoy bien –respondí haciendo círculos en la comida con el tenedor –, es solo que no tengo hambre.
–Oye, yo sé que todo esto de los rumores te tiene muy preocupado... –comentó Chiharu-san –pero, ya verás que no será la gran cosa. Quizá te hayan reconocido por el personaje de mis obras, pero...
–Espera, ¿dijiste "el personaje de tus obras"? –pregunté dubitativo –¿A qué te refieres con eso?
–Yo pinto escenas de BL –respondió él mientras cortaba la carne de su plato –y tú eres el protagonista de las pinturas. Eres el chico que pinto en cada cuadro. La estrella de mis obras.
–¿¡¿YOOO?!? –grité levantándome con pánico –¿¡¡CÓMO DEMONIOS HACES ESO SIN SIQUIERA PEDIRME PERMISO!!? ¡Maldito pervertido!
–Calma, Arekusandā –contestó levantándose con tranquilidad –...deberías sentirte bien por ello. Gracias a ti soy quien soy ahora. Todos aman mis obras porque tú estás en ellas.
–¡Estás demente! –respondí alejándome –¿Cómo soy yo el que hace que tú tengas éxito? ¡Eres el pintor, tú eres el del talento, no yo! ¡NO ME INVOLUCRES EN TUS COCHINADAS!
–Puede ser –respondió pensativo entretanto caminaba hacia mí –pero, yo estaba a punto de renunciar a todo. No tenía inspiración, ideas, nada. Sin embargo, desde que te vi en aquella muestra... mi creatividad y deseo por crear nuevas obras surgió de nuevo –dijo colocando su fría mano en mi cuello –incluso he añadido ese gran detalle en mi autobiografía, porque deseo que todos sepan lo buena que ha sido tu aparición en mi vida... –decía acercando su rostro –es por eso y más que te amo con todo mi ser.
–¿Yo fui tu inspiración...? –pregunté mirándolo con devoción –¿Yo...?
–Sí, tú eres el responsable de todo el éxito que he vuelto a tener, gracias a ti estoy parcialmente feliz con mi vida.
  Sentía en mi cuerpo una sensación tibia, como si estuviese experimentando una sensación totalmente nueva...
–Pero... ¿por qué dices "parcialmente"? –pregunté mirándolo a los ojos, sintiendo su calor ya que nuestros rostros estaban muy juntos.
–Porque me haces falta tú. Eres lo único que deseo en mi vida, nada más –contestó dirigiendo su rostro hacia el lado izquierda de mi cabeza.
–Chiharu-san... –dije ruborizándome –yo... tu y yo no podemos estar juntos –susurré mientras nuestros cuerpos se juntaban.
–Pero, nos amamos –contestó acariciando mi pelo.
  En un impulso que no pude entender, lo besé con fuerza. Él se dio cuenta de ello y entonces, me abrazó y siguió besándome. ambos nos dejamos caer al piso mientras seguíamos rozando nuestros labios. Me sacó la ropa, entretanto yo se la sacaba a él. Fueron sentimientos fugaces los que me llevaron a sentir y hacer todo lo que en ese momento había hecho. No lo negaré, tuvimos sexo. Hicimos de todo. Fue algo mágico y totalmente distinto a lo que pensaba. Odiaba no sentir un profundo asco por lo que había hecho, sólo sentía un placer inmenso en mi interior. Me quedé dormido en los brazos de Chiharu, tirados en el piso. Él sólo me abrazó fuertemente y besó mi cabeza con dulzura.
  A la mañana siguiente, desperté en la cama de Chiharu-san. Mi cuerpo estaba cubierto por una sábana color rojo carmesí. Con los ojos entreabiertos, miré a mi alrededor y allí estaba él. Estaba sentado en el escritorio mientras aparentemente dibujaba algo.
  Cuando abrí bien mis ojos, emití un pequeño quejido al sentir un frío tremendo por sacar mis brazos que estaban debajo la sábana. Chiharu se dio cuenta de ello, por lo que volteó y me miró con extrema ternura. Me sonrió y siguió dibujando. 
–¿Qué haces? –le pregunté mientras lo miraba con curiosidad.
–Dibujo mi nueva obra –respondió él –se titula "Sentimientos carmesí".
–¿"Sentimientos carmesí"? –pregunté.
–Así es –dijo él. –Como te expliqué anteriormente, eres la inspiración y el protagonista de mis pinturas, por lo que aproveché la ocasión de tenerte ahí, acostado e indefenso, para inmortalizar esa bella imagen en un lienzo.
–Ah... –respondí ruborizándome –oye, con respecto a lo que sucedió ayer... –dije algo tímido y avergonzado –me gustaría que quedara entre nosotros.
–No te preocupes, my love –contestó –por ahora nadie sabrá nada.
–¿Por ahora?
–Claro –respondió Chiharu-san sonriendo –, cuando nos casemos todos lo sabrán –dijo mientras borraba una parte del bosquejo.
  Se me escapó una carcajada, aunque me sentía muy ruborizado y contento con la respuesta. ¡NO PREGUNTEN POR QUÉ ME SENTÍA CONTENTO! Ni siquiera sé por qué seguía acostado en la cama sin decir ni reclamar nada al respecto.
–Estás loco –dije sonriendo –eres un pintor loco y pervertido.
–¿A sí? –dijo levantándose en tono malvado –Pues dame la cura –decía acercándose con seducción hacia mí –, porque tú provocas esta locura –dijo besándome. 
  Le acaricié la nuca y sonreí levemente. No me explico como hace para ser tan serio y a la vez, tan atractivo. Es un ser único, como si fuera un extraterrestre, un ser de otro planeta...

domingo, 8 de mayo de 2011

¿Propuestas para opening y ending?

Pues como saben, cada anime normalmente tiene su opening y su respectivo ending. Esto no es un anime (por desgracia) pero, vienen en camino ilustraciones de la historia y deseo también agregarle algo de música. ¿Conoces canciones que podrían quedar perfectas? ¡Pues muéstramelas! Puedes comentar, o también enviar un mail a harunatsukiofficial@gmail.com y las veré. La propuesta más correcta será la ganadora, y como resultado, será el opening o el ending de la novela. Sólo debes mandar el soundtrack y decirme si la propones como opening o como ending, ¡y listo!

Espero tu propuesta.

viernes, 6 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 9: "¡Malditas cámaras!".

–A ver si entiendo... –dijo Igunashio pensativo –entonces, ¿Chiharu te violó? 
–¡No! –contesté dubitativo –es decir, hubiera sido violación si hubiera puesto resistencia... 
–¿Entonces no pusiste resis- ¡¿ENTONCES TE GUSTÓ?! –gritó levantándose nuevamente.
–¡CLARO QUE NO, IDIOTA! –respondí gritando –¡no me gustó!
–¡PUES DIME POR QUÉ NO PUSISTE RESISTENCIA! –gritó aún más asombrado.
–¡PORQUE NO SÉ QUÉ CARAJOS SUCEDIÓ CONMIGO!
–...Senpai –dijo –no te lo tomes a mal, pero, creo que te está gustando ser el amante de Chiharu.
–¡¿AMANTES?! –grité tomándolo del cuello –¡Imbécil! ¡¿Me ves cara de prostituta o qué coños?!
–¡Tranquilo, Areku-chan! –respondió –Sólo decía.
–Pues no digas nada –dije soltándolo –y perdóname, pero es que me irrita que digas ésas cosas. Yo no tengo intenciones de buscar novia... mucho menos novio.
–De acuerdo –contestó sentándose –pero, no digas que no tienes intención de buscar una novia, sé perfectamente que te sientes solo y necesitas alguien con quien compartir tus sentimientos.
–No... no lo sé, me he dado por vencido –respondí sentándome en el sofá –. Nadie me ama, y dudo que a mi edad, logre casarme con una buena mujer –dije bajando la cabeza.
–¡Qué dices! Areku, tienes veinticuatro años, amigo –contestó riendo –¡Estás muy joven! 
–Como sea –respondí sin ponerle mayor atención –tengo que irme, son las 6:30 y de seguro Chiharu ya debió haber llegado.
–Te tiene medido, ¿eh? –comentó poniendo cara coqueta.
–Idiota –contesté levantándome –espero que nos veamos pronto. Gracias por el té rojo, ha sido fantástico –dije abrazándolo.
–Ve, Senpai –respondió sonriente –te quiero, y recuerda, ¡dile que sí! Si fuera mujer, desearía estar en tu lugar –dijo riendo entre dientes.
–Oh, basta ya –contesté cruzando la puerta de las rejas –¡Sayonara!
–Adiós, Arekusandā-chan –respondió agitando la mano.
  Saliendo de su casa, tomé el bus y me dirigí a la casa de Takemura. ¿Estará todavía en la reunión? Éso espero. 
  Cuando llegué a mi destino, entré a una tienda para comprar el diario.
–¡¿Es...?! ¿Es él? –se escuchaba entre las personas que estaban comprando –No puede ser... ¡Vaya suerte! ¿...Será verdad? –decían otros.
–¿Qué pasa...? –murmuré mirando el estante ¿¡AAAAHH!? ¿¡Qué es éso!? –pensé entretanto miraba las portadas de las revistas juveniles y de los diarios –"¿Un amigo o algo más? ¡No te pierdas la nueva amistad entre Chiharu-san y el desconocido!".
–¡Hola! –dijo una voz chillona.
–...¿Eh? –dije volteando aún petrificado ante las noticias.
–¿Eres el novio de Chiharu-san Takemura? –preguntó una chica con ojos llorosos mientras sostenía en mano una revista que se titulaba "Chiharu y su nuevo amor". –¡Eres hermoso!
–¡¿De qué rayos hablas, niña?! –respondí alzando la voz –¡no hay nada entre Takemura y yo!
  No la miré más y compré rápidamente cualquier diario que tuviera a mano. Salí de la tienda corriendo lo más rápido posible.
  Al llegar, abrí la puerta y la cerré con prisa, recostando mi cabeza en ella mientras respiraba intentando evitar mi falta de aire por haber corrido tanto.
–¿De dónde vienes tan deprisa? –preguntó Chiharu parado en el living.
–¡TÚ! –respondí caminando hacia él mientras respiraba de manera agitada –¡¿Ya viste ésto?! –pregunté señalando con odio la portada del diario –¡Todos los malditos diarios tienen esta idiotez plasmada en su tapa! Revistas, ¡hasta las noticias de la T.V.! ¡Malditas cámaras!
–Demonios... –susurró Chiharu-san –¿cómo...? 
–¡¿Cómo?! –dije tirando con rabia el diario al suelo –¡¿Qué haré ahora?! ¡MI VIDA SOCIAL ESTÁ COMPLETAMENTE ARRUINADA! ¡YA ESTÁ! ¡ESTOY JODIDO!
–Oye, cálmate. No es la primera vez que me hacen éste tipo de cosas –dijo observando el diario de lejos–. Tranquilo, ya pasará.
–¡¿YA PASARÁ?! LA GENTE NO OLVIDARÁ ÉSTO, CHIHARU-SAN, ¡NO LO HARÁN!
–Todos olvidamos en algún momento de nuestras vidas –dijo mirándome sin moverse.
–¡Claro, pero ésa estupidez sucede luego de años de controversias! –contesté asustado.
–Mira, no te preocupes por éso –dijo acercándose a mí –de todas maneras, no es ninguna mentira. Eres mío, y es bueno que todos se estén empezando a enterar de ello.
  ¡¿SUYO?! ¿¡QUÉ DIABLOS LE PASA!?
–¡No soy tuyo! –grité –¡No le pertenezco a nadie!
–¿A no? –dijo acercando su rostro –tú me perteneces. Eres mi ángel, sólo mío... –susurró besando mi mejilla derecha.

martes, 3 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 8: "Eres mi mejor amigo, por éso, ¡shhh...!".

–¿De verdad no puedo pasar? Le muestro mi licencia que acredita mi oficial participación como profesor de la academia, ¡se lo juro! –rogaba sin cesar al portero –mis llaves están adentro, y necesito recuperarlas, ¡o no podré entrar a mi casa!
–Lo siento mucho, profesor –respondió sin conmoverse el guardia –pero no tengo permiso para dejar pasar absolutamente a nadie.
–¡Me quejaré con la directiva! –dije anonadado ante tal norma.
–Me temo que su queja valdrá la nada misma, porque la propia directiva fue la que decidió dar esta orden –se apresuró a decir con tono satisfecho al saber que ése sería del jaque mate de la discusión.
–Demonios... qué idiotez –murmuré dando la media vuelta –esto es una injusticia que lamentablemente no podré demandar ante nadie. 
  Me alejé resignado ante los argumentos del viejo antipático y pensé en regresar a casa... es decir, a la casa de Takemura, pero, mientras me dirigía a la parada de buses, recordé a Igunashio. ¿Por qué no aprovecho y voy a verlo? Hace casi un mes que no hablamos. Cambié mi ruta y me subí al bus que conducía a la casa de Igunashio-Senpai. Al llegar, me produjo una gran emoción ante la expectativa de verlo nuevamente. Asomé mi rostro a través de las rejas y al parecer, Igunashio se dio cuenta. Abrió la puerta, y al verme, nos abrazamos fuertemente.
–¡Arekusandā –exclamó sonando muy contento –, amigo! Tanto tiempo sin vernos, ¿eh?
–¡Senpai! –respondí sonriendo –sí, lo sé, ha pasado mucho tiempo. Estuve muy ocupado.
–Te entiendo, Areku-chan, te entiendo –contestó mirándome con una gran sonrisa –¿qué ha sido de tu vida? ¿Lograste un buen empleo?
–¡Sí! Estoy trabajando en la academia Mirai Senshi.
–¿En serio? ¡Mis felicitaciones más grandes! –dijo dándome unas palmaditas –oye, he sido muy grosero. ¡Pasa, amigo, pasa! Debí haberte invitado hace mucho tiempo.
–No pasa nada, Igu-san –respondí asintiendo.
–Venga, entremos a tomar un poco de té –dijo haciendo un gesto de invitación.
  Recuerdo como si fuera ayer cuando visité su casa por última vez. Estaba tal cual la había dejado: sus paredes adornadas con muchas fotos familiares, un jarro de origen árabe al centro de la sala, su diploma de la secundaria, y al resto, impecable como siempre, claro que en cada rincón tenía una montaña de papeleos y muchos... mangas en la mesita del living.
–Oye, Igunashio, ¿no eres profesor de filosofía? –pregunté mirando los mangas.
–Claro que sí –respondió sirviendo té –pero, he decidido trabajar en una editorial de mangas.
–O sea... no trabajas como profesor.
–También –dijo entregándome una taza con té rojo.
–¿Cómo...? –contesté confundido –supongo que te has hecho de una licencia legal para desempeñarte en dos profesiones al mismo tiempo, ¿verdad?
–No necesariamente –respondió sentándose –el trabajar como editor de mangas no necesita de un estudio previo, aunque debes saber algo de diseño y de cómo plasmar las emociones en el papel, pero lo demás se aprende a medida que lo vas desarrollando.
–Interesante –dije tomando té.
–¿Has visto este sujeto? –comentó mirando un diario que tenía en manos –¡es esplendido! Me ha servido de mucha inspiración para hablarles a mis alumnos.
–¿Quién? –pregunté acercando mi rostro a la plana que Igunashio-Senpai señalaba –¡ÉL...!
–¿Verdad que es magnífico? –dijo mirando el artículo que pertenecía a la imprenta de la semana pasada.
–Justo por él, y claro por querer verte, estoy aquí ahora –dije colocando mi taza de té en la mesita de enfrente. 
–¿Qué pasa con él? –preguntó dubitativo mientras cerraba el diario y dirigía su mirada hacia mí.
–Pasé la noche en la casa de Chiharu Takemura –respondí algo incómodo.
–¡¿Qué dices?! ¡Es maravilloso! –dijo emocionadísimo –¡has tenido la oportunidad de compartir por unas horas techo con mi mayor ídolo!
–No sabía que te gustaba tanto... –dije –pero, debo confesarte algo que sucedió.
–¿Qué sucedió, Areku-chan? –preguntó curioso.
–Yo... 
–¿Tú qué? 
–Lo que pasa es que... espera, una cosa –me detuve antes de proseguir –eres mi mejor amigo, te lo contaré sólo a ti y a nadie más, ¿entiendes? Por éso, te pido la mayor discreción posible.
–Bien –respondió en tono asustado –pero, anda, dime de una buena vez, ¿qué sucedió?
–...Tuve relaciones con él –confesé sintiendo mi rostro ponerse tan rojo como un tomate.
–¿¡¡TUVISTE RELACIONES CON ÉL!!? –gritó levantándose de golpe.
–¡SHHH...! ¡Calla, hombre! –dije levantándome junto con él –¡No grites! Sucedió en circunstancias muy confusas. A pesar de que le pedí explicaciones, no logro entenderlas.
–Pero... ¡¿él es... es gay? –preguntó en tono de desilusión, casi a punto de llorar.
–¡No lo sé! –respondí muy incómodo.
–No puede ser... pero aún así, ¡lo sigo amando! –dijo conteniendo las ganas de actuar como niñita desilusionada, de ésas que se decepcionan porque descubren que su artista favorito resultó ser un pobre diablo. –A todo ésto –dijo interrumpiendo su escena de desengaño –¿cómo terminaste en su casa? –preguntó abriendo los ojos como dos platos.
–Es cierto... –respondí pensando –muy bien, te contaré como terminé en la casa de Chiharu-san... –dije preparándome para rememorar la liosa situación que viví.