miércoles, 27 de abril de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 6 2/2: "Una noche de huésped".

–¿Acaso crees que no me doy cuenta? –dijo mirándome a los ojos –sé perfectamente que te molesta el que no te necesite, ni siquiera para molestarte, deseas que esté ahí, contigo, ya sea por la razón que sea, pero odias, y admítelo, el que no te tome en cuenta.
–¡¿Por qué dices éso?! –grité forcejeando con su cuerpo sobre el mío –¡...no trates de hacerte el importante, el deseado! ¡Poco y nada me interesas! –dije mirándolo.
–Ya no eres un niño, por lo tanto, deberías practicar más tus mentiras –respondió atándome las manos con su corbata, la cual se había quitado junto con la camiseta blanca que traía puesta.
–¡¿Qué estás haciendo?! –pregunté nervioso, una vez más sintiendo mis mejillas sonrojarse.
–Te voy a enseñar que no se debe mentir... –contestó sonriendo ligeramente, mientras su mano recorría mi estómago de manera vertical –para que nunca más lo vuelvas a hacer –dijo llegando con su mano a mi pelvis.
–¡Detente! ¡Chiharu-san! –gritaba cada vez que podía. Llegó un momento en el cual me desnudó el torso y quedé solamente con el pantalón puesto.
–Ahora mismo puedo percibir cómo tu voz tiembla, de tan nervioso que estás –comentó desabrochando mi pantalón –...¿por qué temes? No te haré daño.
–¡Maldito pervertido! –respondí tratando se soltar el cinturón que apretaba mis muñecas, impidiendo mi movimiento.
–Cierra los ojos... –dijo acercando su rostro al mío –Arekusandā-san, te amo.
–¡¿Qué h-?! –no pude terminar mi frase, porque sentí cómo Chiharu-san penetraba en mí. Su cuerpo, tibio, su piel suave y pálida, estaban en ése momento, rozando con el mío. Gemía de la rabia, gemía... gemía por razones que desconozco, incluso una lágrima brotó de mis ojos. Sentía que el tiempo se había detenido, sentía la respiración de Chiharu más fuerte que antes, y sus manos suaves acariciaban mi cuello... Ya sé que negaba cualquier tipo de acercamiento hacia él, pero, en ése momento, sólo pasaba por mi cabeza el agradable olor de Chiharu-san, y su sutileza al tocarme.
  La salida e introducción de su miembro en mí duró un buen tiempo. Entretanto, yo trataba de hacer que se detuviera, pero mis manos atadas impedían que pudiera moverme. 
–Creo que me voy a correr dentro de ti... –susurró con la voz jadeante.
–¡¿Eh?! –respondí intimidado por tal confesión –¡¡Chiharu-san...!! –grité sintiendo un líquido caliente esparcirse dentro de mí.
  Luego de que éso ocurriera, Chiharu-san se acostó de mi lado. Antes de hacerlo, desamarró mis manos con tal ternura que besó mi frente sudada. Apenas tenía voz para decir algo. Sólo cerré los ojos y dejé mi cuerpo desnudo bajo las sábanas, y me dormí con Chiharu-san de mi lado.
  En medio de la noche, me desperté, y observé su rostro detenidamente. Odio decir esto, pero admito que hasta durmiendo es irresistible. Su piel prolija y blanca como la nieve, sus ojos verdes... todo en él... tenía algo, algo que hacía que fuera imposible no pensar en él todo el tiempo... ¿Me estaré enamorando de él? ¡Noooo! Imposible. Él es un hombre y yo, uno pero normal. No, no y no, jamás pasará eso. Además, ¡él acaba de violarme, así que puedo denunciarlo...! Pero, el acto de violar implica que te obliguen a tener relaciones sexuales en contra de tu voluntad... y, en ningún momento me negué. ¿Qué? ¡Claro que sí lo hice! ¡MUCHAS VECES...! Pero luego me detuve... ¿qué rayos me pasa? Mi mente no daba para más, así que volví a cerrar los ojos, tratando de evadir ésa confusa atracción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario