jueves, 7 de abril de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 2 2/2: "¡No puedo creerlo!... No, en verdad, no puedo creerlo".

  Me pregunto por qué actuó de esa forma aquel singular y misterioso sujeto de la exposición. No puedo sacármelo de la cabeza desde ese momento. ¿Por qué envolvió sus brazos en mi cintura? Y... ¿por qué se sintió agradable el roce de sus dedos...? Desearía saber por qué rayos ¡estoy pensando en eso! No es que me haya interesado, por favor, ni siquiera sé su nombre. 
  A pesar de que hoy es el día de mi graduación, no logro alejar su mirada de mi mente... Tiene ese algo, que lo hace especial, pero no sé qué.

–¡Arekusandā! –exclamó Naomi, una de mis mejores amigas, corriendo hacia mí –¡felicidades, amigo!
Arigato, Naomi. Tu presencia me alegra mucho –comenté sonriente.
–¡Naomi! –gritó exaltado Igunashio –¿cómo estás? –preguntó acercándose a ella.
–...Bien, gracias –respondió Naomi alejándose.
–Discúlpenme un momento –me excusé –voy a por mi birrete, no tardo. 
–Ve tranquilo, Areku –dijo Naomi con gesto despreocupado –te estaremos esperando.
  Asentí con la cabeza y me encaminé hacia mi armario, donde había dejado casi todas mis pertenencias escolares. Mientras estaba ahí, no pude evitar sentirme observado. Sentía... como si alguien estuviera mirándome constantemente, cada movimiento, cada gesto... Cuando me di la vuelta para volver al gran salón, vi un auto lujoso, blanco, con aspecto prolijo y elegante, estacionado al otro lado de la calle frente a la entrada. ¿De quién será? Vaya que debe de tener dinero el dueño.

–¿Tanto te demoraste? –comentó Igunashio arreglándose los zapatos –está por empezar la ceremonia.
–Lo siento –dije mirando el escenario adornado con rosas rojas –me distraje por un momento.
–No lo dudo –dijo Igunashio.
  Se acercó una dama muy bien vestida con una hoja.

–Apúrense jóvenes, acérquense que va a empezar –dijo con gesto desesperado –todo debe salir a la perfección, tal cual lo planeamos durante cuatro largos meses.
  Con Igunashio, tomamos asiento en las primeras filas, junto con los demás casi graduados. 
  Escuchando el discurso del director –que por cierto, era bastante amplio–, me percaté de la llegada de un personaje extraño. Sí. Extraño en el sentido que llegó con la cara parcialmente tapada, por su flequillo negro y brillante. Traía puestos un par de lentes oscuros, como si tratara de ocultar la mirada, y también traía una larga chaqueta verde, impecable y muy bien combinada con sus pantalones y zapatos de cuero. Me di cuenta además, que cada cierto intervalo de tiempo, me miraba. ¿Por qué lo hacía? No comprendía esa atención constante que ponía en mí. Es más, sentí el discurso mucho más rápido que los demás de tan distraído que me tenía ese sujeto "enmascarado".

–¡Ustedes están oficialmente graduados, queridos jóvenes! –gritó por el micrófono el diminuto profesor de Filosofía –¡qué la suerte los acompañe en sus futuras carreras profesionales!
  Empezó a sonar una música melancólica de fondo, mientras todos nos felicitábamos, unos se abrazaban, otros lloraban. Eh, volviendo al tipo misterioso... Sonreía de una manera muy distinta a los demás presentes. Pude apreciar su sonrisa, pasiva, muy serena... aunque transmitía un sentimiento más profundo que los otros rostros. ¿Acaso vino a ver a su hijo, o hija quizá? Sin embargo, creo que no tenía familiares alrededor porque sólo me miraba a mí, a nadie más.

–¡Arekusandā Mitsou! –dijo por detrás el profesor de Filosofía, James Itoh –no sabes la alegría que me provoca tenerte enfrente mío, por fin graduado –dijo mirándome sonriendo –6 años han pasado desde que llegaste aquí. Puedo recordarlo como si fuera ayer... Eras un principiante, algo torpe y no apto para la filosofía –comentó entre risas –pero, ahora te veo, todo un hombre, un gran profesor, listo para enseñar a los demás acerca del bello mundo filósofo –dijo con una lágrima deslizándose por su roja mejilla.
–Profesor –dije sonriéndole –muchas gracias por su apoyo y enseñanza, en verdad –comenté sonriendo.
–No, no me agradezcas, muchacho –dijo sonriente –¡ahora, sé el mejor de los mejores filósofos! O sino te haré volver a estudiar otros 6 años para que llegues alto, ¡muy alto! –dijo bromista –venga, pasen a servirse el cóctel que les hemos preparado –dijo alejándose con una sonrisa grande –¡los veo luego!
–Adiós –se despidió Igunashio–. ¿Vamos al cóctel? Tengo muchas ganas de probarlo, se ve delicioso.
–Por supuesto, vamos –respondí.
  Cuando llegamos al cóctel, todos estaban sentados en comunión, conversando, otros mirando álbumes y los demás, reunidos en un rincón hablando sobre sus nuevos empleos. 
  No lo voy a negar, me serví dos veces el cóctel, tomé cuatro vasos de whisky y comí un poco de Wagyu.
–¿No crees que has exagerado un poco con el whisky? –comentó Igunashio con un cóctel en la mano.
–De hecho, creo que me he servido poco.
–No seas tonto –dijo algo asustado –mira, te mandan este regalo de parte de "unknown" –dijo sacando un pequeño paquete con envoltorio azul oscuro –parece ser especial.
–¿Por qué lo dices? –pregunté tomando el presente.
–Porque aquí lo señala el remitente –señaló la tarjeta que traía consigo –mira el mensaje de abajo. Dice: "de extrema importancia, para un asunto y para alguien importante".
–¿Quién podrá ser? –me pregunté muy curioso por saberlo –lo abriré para...
–¡No lo abras! –exclamó Igunashio alejándolo de mí –¿acaso no conoces la vieja creencia post-graduación?
–No –respondí aún más confundido –¿por qué rayos no puedo ver su contenido?
–Se dice que sólo debes abrir los presentes que se te entregan cuando la ceremonia termine, sino lo haces, se cree que no llegarás a ser bueno en tu empleo.
–¡Por Dios! ¡Tú crees en eso? –dije molesto –son cuentos de niños.
–Tú nunca has creído en las supersticiones, ¿verdad? –comentó poco sorprendido.
–Así es –respondí serio.
–De acuerdo, has lo que quieras –culminó Igunashio –...oye, tenemos que recibir los diplomas.
–Ya lo recogí –dije sacándolo de mi bolso.
–Ah qué bien –dijo sonriendo –he sentido la ceremonia bastante corta, ¿no lo crees? –comentó decepcionado.
–Debe ser porque no nos presentaremos a la fiesta de la noche.
–¿FIESTA? –preguntó sorprendido –¡TENGO QUE IR! Naomi estará ahí –dijo con la mirada ilusionada.
–¿Todavía no te das por vencido? Amigo, ella nunca te ha hablado de una manera... simpática. Siempre te evita y generalmente, ignora tu presencia.
–Ya lo sé –respondió triste –pero, ¡no hay que perder las esperanzas! Me iré a cambiar para asistir –dijo aún así con la mirada ilusionada y con aire de adolescente enamorado –¿vienes?
–No, gracias –respondí –sabes perfectamente que no soy un tipo fiestero –comenté desabrochando la bata del traje –prefiero leer un libro en casa. De todos modos, diviértete mucho –le dije despidiéndome. 
–Bien –dijo sonriente –cuídate mucho y, Areku, llámame, ¿okay? No te olvides de mí –dijo sonriendo.
–Claro que no –dije con una carcajada –hasta pronto, amigo –dije abrazándolo.
–Adiós –se despidió Igunashio.
  Al llegar a casa, me saqué el traje, me puse una cómoda pijama. ¡No puedo creerlo!... No, en verdad, no puedo creer que ya me he graduado, pasó todo tan rápido. Estoy feliz porque mañana me presentaré como profesor de Filosofía en una de las mejores academias estudiantiles de Tokyo.
  Pero, hay algo mucho más importante que me gustaría responder... ¿De quién era ese paquete? Corrí hacia la sala, lo saqué del bolso y lo abrí dejándome caer en el sofá. Cuando lo abrí, en su interior traía un pequeño libro que recopilaba filosofías del amor... Además, traía una nota manuscrita. La nota decía más o menos así: "Hola. Debes de estarte preguntado quién soy yo. Me temo que no podré aclararte esa duda, por ahora.
  Me he enterado que hoy te gradúas de profesor en el área de la Filosofía, ¡muchas felicidades! Estoy convencido de que serás muy bueno en ello. ¿Por qué no le hechas un vistazo al libro que te he regalado? Contiene mucha filosofía, específicamente de amor. Espero que te haya gustado este regalo. Poco detallado, pero la intensión es la que cuenta al final, ¿no? 
Se despide, no con un adiós, sino un hasta pronto
C.T." 
  Extraño... ¿quién es "C.T."? Creo que por mientras, no podré saberlo. Guardé con especial cuidado la nota y el libro en mi velador.
  Tomé un baño, leí un poco de ese nuevo libro que "C.T." me regaló, y me acosté. 
  C.T... C.T... ¿Quién es C.T.? Odio no saber nada.

2 comentarios:

  1. See ponee Buenoo *O*
    hahahah'
    Hastaaa ahoraa 8/7/11 :3
    Descubrii tuu Blooog
    AAAAAHH Me enganchee x3
    Att; Lalaa-Chan :3

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  2. waaaaa se esta poniendo demasiado interesanteee
    waaaaaaa genialll

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