lunes, 11 de abril de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 3 2/2: "Es él".

–Veo que ya se conocían –dijo el subdirector apareciendo detrás mío.
–¿Conocernos? ¡Já! Claro que no –respondí apresurado –recién hoy me enteré de su existencia –mentí. ¡¿Cómo rayos voy a decirle que ya nos habíamos visto, y no necesariamente por circunstancias muy agradables?! 
–Yo creo haberlo visto en alguna parte... pero, no recuerdo dónde –insinuó Takemura mirándome con gesto irónico.
–Creo que se ha equivocado de persona, profesor Takemura –respondí desviando la mirada.
–Quizá... 
–Bueno, el hecho es que ¡ya se conocen! –dijo el subdirector –además, deberán trabajar juntos en un proyecto que hemos desarrollado para el aprendizaje más entretenido de la filosofía junto con las artes visuales.
¡¿TRABAJAR JUNTOS?! ¡¿CON ESE INTIMIDANTE SUJETO RARO?!
–¡¿Juntos?! –pregunté asustado –lo siento, pero estoy demasiado ocupado revisando los trabajos de mis alumnos como para realizar otra actividad –excusé. Otra vez, mintiendo.
–¿Trabajos? –preguntó sorprendido el señor del bigote –apenas ha comenzado hoy su labor, es imposible que hayan trabajos por revisar.
¡IDIOTAAAA! Resultó ser bastante astuto este caballero molesto, ¿qué diablos haré ahora?
–Yo no tengo ningún inconveniente –comentó Takemura, con una sonrisa malévola.
–Veo que usted está muy entusiasmado con la idea, señor Takemura –comentó el subdirector –bueno, espero que el proyecto salga a la perfección. Mi nombre es Maikeru Jonson, ¡y estoy a su disposición!
–Dōmo Arigatō, Maikeru-chan –contestó Takemura –lo tendré en cuenta –dijo sonriendo sutilmente –y... ¿cuándo se da por empezado el proyecto? –preguntó sacando una libreta de su bolso del pantalón.
–Mañana, cada pareja de docentes asignados según la materia que imparten, organizarán los elementos que constituirán el proyecto que van a desarrollar –explicó colocándose en medio de mí y de Takemura –después, se asignará una fecha para que presenten su trabajo.
–¡Suena esplendido! –comentó Takemura, con cara de niño ilusionado.
–A mi me parece poco divertido, tanto para los alumnos, como para los profesores –dije intentando sonar lo más desinteresado posible, para que así, anulen mi participación.
–¡Vamos, profesor Mitsou! Poco a poco se dará cuenta lo interesante que será –dijo Maikeru tratando de animarme (que por cierto, es esfuerzo nulo) –y no se hable más –concluyó con una sonrisa forzada –. Mañana mismo, ustedes dos se reunirán en la oficina del joven Mitsou, ¡y comenzarán el proyecto!
–¡¿EN MI OFICINA?! –pregunté doblemente asustado y bastante molesto con la idea –¿por qué mejor no lo hacemos en la sala de profesores, con varios de ellos presentes? –propuse, evitando la idea de que ese señor entrara a mi oficina.
–No se trata de hacerlo en conjunto con las demás parejas –respondió Maikeru en tono cansado –se hará en la oficina del profesor Mitsou, punto final –dijo alejándose rápidamente, evitando argumentar una de las miles de propuestas más que tenía.
–Llegaré a primera hora, ni un minuto más ni un segundo menos –susurró Takemura –puede confiar –agregó con una suave sonrisa –ah, por cierto, le daré mi tarjeta de contacto por si necesita contactarme –dijo estirando la tarjeta –hasta mañana –se despidió, caminando detrás de los demás docentes que se retiraban.
–Por fin ya se fue –murmuré guardando la tarjeta en mi bolsillo –...mejor me largo de aquí, no vaya a ser que vuelva.
  Salí de aquel lugar, dirigiéndome a mi oficina.
–Profesor Mitsou –exclamó una señorita asomándose a la puerta –¿me permite?
–Por supuesto –respondí –pase. ¿Qué se le ofrece?
–Necesito que firme estos papeles –dijo colocando una pequeña pila de hojas en el escritorio.
–¿Para qué son? –pregunté sacando un bolígrafo de una de las gavetas.
–Para acreditar que usted es oficialmente el nuevo y apuesto profesor de Filosofía –respondió en tono coqueto.
–Eh... okay –contesté evadiendo el comentario incómodo –oiga, ¿debo firmarlos todos?
–No –respondió sonriendo –solamente la primera y segunda hoja.
–De acuerdo –dije firmando las hojas –listo.
–Arigatō –respondió la dama saliendo –que tenga buen día, Mitsou –se despidió con un beso al aire.
–Gracias –respondí sonriéndole suavemente –vaya que la traigo loca, eh –murmuré riendo –ja,ja.
  Las horas transcurrieron de manera fugaz. Sólo tuve esa clase con los de primer año, después, estuve el resto de la jornada firmando papeles y rellenando con información el libro de registros escolares. 
  De un momento a otro, Maikeru tocó a la puerta para avisarme que hoy, por ser mi primer día de actividades, podía retirarme una hora antes que los demás docentes.
–Hasta mañana, Maikeru-chan –me despedí atravesando la puerta de salida.
–¡Adiós, Arekusandā-chan! –contestó agitando la mano.
  Caminé un par de manzanas, pero mis piernas me dolían por haber estado tanto tiempo sentado en ese escritorio, así que decidí tomar el bus.
  Cuando llegué a casa, eran alrededor de las 8 de la tarde. Debí llegar una hora más temprano, pero el tránsito estaba realmente a punto de explotar, por lo que estuvimos como una hora esperando a que se descongestionara, para así, poder avanzar. 
  Llegué, abrí el refrigerador y me serví un poco de helado sabor chocolate. Me senté en el living, prendí la televisión y, de pronto, apareció un pequeño reportaje sobre algunos de los pintores más importantes. Entre ellos, nombran un tal de Chiharu Takemura. ¡¿CHIHARU TAKEMURA?! ¡¿ES... ÉL?! Rayos, miré detenidamente al pintor, ¡y era él! ...Pensándolo muy bien, busqué la nota del regalo de mi graduación, y abajo tenía las iniciales de "C.T." ¡¡¡C = CHIHARU, T = TAKEMURA!!! ¡AHHHHHHHHH! ¡¡¡ES ÉL!!! Acabo de creerlo, está seriamente obsesionado por mí.

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