sábado, 28 de enero de 2012

Riko-tekina ai no tetsugaku - Capítulo 20 3/4: "No quiero perderte".

  El camino duró aproximadamente veinte minutos. Fueron los minutos más incómodos de mi vida. Aparte de todo, sentía un poco de miedo. Esto era porque Hikaru-san provocaba que me sintiera nervioso sobre cualquier cosa. El simple hecho de sentir el olor de su perfume me provocaba un poco de miedo. Ya sé, es bastante tonto que un perfume dé miedo, pero no es el perfume, sino quien lo usa.

–Joven Amo Superior –dijo el guardaespaldas rompiendo así el silencio que había–, me temo que el restaurant en el cual usted planea ir con el chico está lleno. Me informan que en estos momentos es imposible recibirlo.
  Hikaru-san miró hacia la ventana, lanzó un suspiro y luego miró su reloj dorado. 
Diles que echen fuera a todas las personas que estén ahí –dijo con autoridad.
–Pero, Joven Amo Superior...
–No me cuestiones y haz lo que te he dicho –interrumpió Hikaru-san con voz autoritaria.
–Sí, Joven Amo –respondió el guardaespaldas sin atreverse a decir algo más.
  Me sentí vulnerable ante su imponente carácter. ¿Habrá heredado algo de su carácter Nowaki? Espero que no...
Disculpa... –dije con miedo– ¿A dónde vamos?
–Tranquilo, muchacho. No te vamos a secuestrar –respondió el gorila, creyéndose muy gracioso.
  Todos empezaron a reír al unísono, menos Hikaru-san y yo. Creo que él no tiene sentido del humor. Aunque de todas formas no me pareció gracioso...
  Permanecí callado por lo que quedaba de trayecto. Lo único que podía hacer era rogarle a Dios y a todos los Santos que no me fueran a asesinar o algo así.


–Hemos llegado, Joven Amo y acompañante –dijo el chofer –. Hemos hecho la reserva. Pasen, por favor –dijo señalando la entrada.
  Un alivio inexplicable invadió mi alma. Era el momento de la verdad. Entramos al restaurant y nos sentamos en una de las mesas que estaban cerca de un gigantesco dragón de bronce. No hay nada más tranquilizante que un dragón lanzallamas detrás tuyo. Perfecto.
–Supongo que la intriga por saber lo que está pasando te come por dentro. ¿Me equivoco? –dijo Hikaru-san.
–E-es cierto. No comprendo lo que sucede –respondí nervioso.
–Me enteré que has dibujado un arco iris en la vida de mi primo...
  No sé si eso fue sarcástico o simplemente era una manera curiosa de ver nuestra relación.
–Bueno, estamos juntos.
–Sí. Ya lo sé. Y mi intención es que eso no termine en algo desastroso.
–¿A qué te refieres? –pregunté empezando a asustarme.
–Hace ocho años atrás Nowaki se había casado con una mujer muy hermosa. Jerika es su nombre. Era una de las mujeres más lindas de todo Japón. Sin embargo, ella ocultaba una peligrosa enfermedad tras su belleza.
–¿Se murió? –pregunté.
–Si estuviera muerta, no habría necesidad de tener esta conversación.
–Disculpa, pero, no entiendo.
–Esta mujer estaba enferma de esquizofrenia. Nowaki nunca se enteró de eso, ya que ella consumía drogas sedantes para evitar los ataques. 
–¿No sabía? –reiteraba con cierto nivel de preocupación.
–No. Sucede que, luego del matrimonio y todo eso, decidieron realizar la tradicional "luna de miel". Nowaki planeó un viaje a las Islas Canarias por una semana. Se fueron. Y volvieron luego de dos días. Nowaki y ella tuvieron una fuerte discusión, puesto que habría encontrado drogas en la cartera de ella. Jerika estaba decidida a que nunca nadie sabría de su dolencia, mucho menos Nowaki. Ella estaba obsesionada con él. 
–Por Dios... –dije muy confundido–. ¿Por qué nunca nadie me habló de esto?
–Es muy difícil de decir para Nowaki. Y el mayor problema está por venir: ellos no se han divorciado. Y ahora ella quiere llevarlo a la corte para amenazarlo si no vuelve con ella. 
–¡¿Qué?! Pero, ¿no has dicho que esto sucedió hace ocho años?
–Así es. Pero en esos ocho años Nowaki y yo hemos sufrido mucho. Cada cierto tiempo debemos cambiar nuestra dirección, número telefónico e incluso hemos considerado la identidad. Pero, no lo hemos hecho todavía porque si la prensa se entera, esto podría pasar a mayores.
  Comencé a sentir como el mundo se rompía en pedazos con todo lo que Hikaru-san me estaba contando. ¿Por qué nunca Nowaki me habló de su... esposa? Yo lo hubiera entendido. 
¡Maldita sea! Entiendo que todo esto es doloroso para él, ¡pero por lo menos debió haberme dicho algo!
–Escúchame, Misaki. Eso no es lo importante ahora. Jerika está empeñada en llevarlo al juzgado. Y si el Juez se pone del lado de Jerika, no sé qué sucederá entre Waki-chan y tú. Debes mantener los ojos bien abiertos.
–¿Por qué nunca se divorciaron?
–No lo sé. Según Nowaki ella se negaba rotundamente. Incluso amenazó con suicidarse si el hacía algo. Luego de unos días de intensa búsqueda, supimos que había desaparecido del país. Y ahora, ocho años después, decide regresar. Creo que le informaron de la relación que tiene ahora contigo.
–Pues esa relación está a punto de terminar –dije enfurecido y lleno de impotencia –. Por favor, Hikaru-san, llévame al departamento de Nowaki –dije con los ojos llenos de lágrimas.
–Lamento que te hayas enterado de todo de esta forma tan desagradable –comentó mientras caminábamos hacia la salida–. Por favor, tranquilízate.
  No respondí nada. Amargas lágrimas recorrían mi rostro incesantemente. Entré en el vehículo y me quedé en silencio. Deseaba despertar y pensar que todo había sido un espantoso sueño. Nowaki se había convertido en la razón para sentir y mirar todo con otra perspectiva. Mi vida pasó de ser un cielo nublado a un cielo primaveral. Si me lo arrebatan, juro que mi vida podría llegar a su fin. 

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