viernes, 6 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 9: "¡Malditas cámaras!".

–A ver si entiendo... –dijo Igunashio pensativo –entonces, ¿Chiharu te violó? 
–¡No! –contesté dubitativo –es decir, hubiera sido violación si hubiera puesto resistencia... 
–¿Entonces no pusiste resis- ¡¿ENTONCES TE GUSTÓ?! –gritó levantándose nuevamente.
–¡CLARO QUE NO, IDIOTA! –respondí gritando –¡no me gustó!
–¡PUES DIME POR QUÉ NO PUSISTE RESISTENCIA! –gritó aún más asombrado.
–¡PORQUE NO SÉ QUÉ CARAJOS SUCEDIÓ CONMIGO!
–...Senpai –dijo –no te lo tomes a mal, pero, creo que te está gustando ser el amante de Chiharu.
–¡¿AMANTES?! –grité tomándolo del cuello –¡Imbécil! ¡¿Me ves cara de prostituta o qué coños?!
–¡Tranquilo, Areku-chan! –respondió –Sólo decía.
–Pues no digas nada –dije soltándolo –y perdóname, pero es que me irrita que digas ésas cosas. Yo no tengo intenciones de buscar novia... mucho menos novio.
–De acuerdo –contestó sentándose –pero, no digas que no tienes intención de buscar una novia, sé perfectamente que te sientes solo y necesitas alguien con quien compartir tus sentimientos.
–No... no lo sé, me he dado por vencido –respondí sentándome en el sofá –. Nadie me ama, y dudo que a mi edad, logre casarme con una buena mujer –dije bajando la cabeza.
–¡Qué dices! Areku, tienes veinticuatro años, amigo –contestó riendo –¡Estás muy joven! 
–Como sea –respondí sin ponerle mayor atención –tengo que irme, son las 6:30 y de seguro Chiharu ya debió haber llegado.
–Te tiene medido, ¿eh? –comentó poniendo cara coqueta.
–Idiota –contesté levantándome –espero que nos veamos pronto. Gracias por el té rojo, ha sido fantástico –dije abrazándolo.
–Ve, Senpai –respondió sonriente –te quiero, y recuerda, ¡dile que sí! Si fuera mujer, desearía estar en tu lugar –dijo riendo entre dientes.
–Oh, basta ya –contesté cruzando la puerta de las rejas –¡Sayonara!
–Adiós, Arekusandā-chan –respondió agitando la mano.
  Saliendo de su casa, tomé el bus y me dirigí a la casa de Takemura. ¿Estará todavía en la reunión? Éso espero. 
  Cuando llegué a mi destino, entré a una tienda para comprar el diario.
–¡¿Es...?! ¿Es él? –se escuchaba entre las personas que estaban comprando –No puede ser... ¡Vaya suerte! ¿...Será verdad? –decían otros.
–¿Qué pasa...? –murmuré mirando el estante ¿¡AAAAHH!? ¿¡Qué es éso!? –pensé entretanto miraba las portadas de las revistas juveniles y de los diarios –"¿Un amigo o algo más? ¡No te pierdas la nueva amistad entre Chiharu-san y el desconocido!".
–¡Hola! –dijo una voz chillona.
–...¿Eh? –dije volteando aún petrificado ante las noticias.
–¿Eres el novio de Chiharu-san Takemura? –preguntó una chica con ojos llorosos mientras sostenía en mano una revista que se titulaba "Chiharu y su nuevo amor". –¡Eres hermoso!
–¡¿De qué rayos hablas, niña?! –respondí alzando la voz –¡no hay nada entre Takemura y yo!
  No la miré más y compré rápidamente cualquier diario que tuviera a mano. Salí de la tienda corriendo lo más rápido posible.
  Al llegar, abrí la puerta y la cerré con prisa, recostando mi cabeza en ella mientras respiraba intentando evitar mi falta de aire por haber corrido tanto.
–¿De dónde vienes tan deprisa? –preguntó Chiharu parado en el living.
–¡TÚ! –respondí caminando hacia él mientras respiraba de manera agitada –¡¿Ya viste ésto?! –pregunté señalando con odio la portada del diario –¡Todos los malditos diarios tienen esta idiotez plasmada en su tapa! Revistas, ¡hasta las noticias de la T.V.! ¡Malditas cámaras!
–Demonios... –susurró Chiharu-san –¿cómo...? 
–¡¿Cómo?! –dije tirando con rabia el diario al suelo –¡¿Qué haré ahora?! ¡MI VIDA SOCIAL ESTÁ COMPLETAMENTE ARRUINADA! ¡YA ESTÁ! ¡ESTOY JODIDO!
–Oye, cálmate. No es la primera vez que me hacen éste tipo de cosas –dijo observando el diario de lejos–. Tranquilo, ya pasará.
–¡¿YA PASARÁ?! LA GENTE NO OLVIDARÁ ÉSTO, CHIHARU-SAN, ¡NO LO HARÁN!
–Todos olvidamos en algún momento de nuestras vidas –dijo mirándome sin moverse.
–¡Claro, pero ésa estupidez sucede luego de años de controversias! –contesté asustado.
–Mira, no te preocupes por éso –dijo acercándose a mí –de todas maneras, no es ninguna mentira. Eres mío, y es bueno que todos se estén empezando a enterar de ello.
  ¡¿SUYO?! ¿¡QUÉ DIABLOS LE PASA!?
–¡No soy tuyo! –grité –¡No le pertenezco a nadie!
–¿A no? –dijo acercando su rostro –tú me perteneces. Eres mi ángel, sólo mío... –susurró besando mi mejilla derecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario