viernes, 20 de mayo de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 10 2/2: "Sentimientos carmesí".

  Me siento la persona más dinámica de todas. Hace apenas unas horas atrás me repugnaba la idea de que hubiera algo entre Chiharu y yo, pero, ahora, pareciera como si nada de eso existiera. Tan solo... no sé qué decir. Es algo que aún me cuesta digerir. Chiharu Takemura, el exitoso pintor de BL, que por cierto yo soy el protagonista de las obras, y Arekusandā Mitsou, un simple profesor de Filosofía, juntos, como los perfectos amantes que son. No negaré que pensar en ello me causa temor al hecho de como vayan a reaccionar los demás pero, realmente está empezando a darme lo mismo. Por lo menos sé que cuento con el apoyo de Igunashio-Senpai.
  Con mis padres en Brasil me da un poco más de tranquilidad también. Pero, ¿qué rayos tienen que ver mis padres con todo esto? De todos modos nunca les ha importado lo que sucede en mi vida.
  Recién terminé de haber desayunado. Chiharu-san se ha levantado a contestar el teléfono. Al parecer es una llamada relacionada con su oficio. Estuvo un buen rato anotando cosas en su pequeña libreta.
–¿Por qué tanta demora en una llamada? –pregunté mirándolo.
–Me han llamado de mi oficina –respondió –quieren que asista a una fiesta que han organizado en conmemoración por las exitosas ventas que mis pinturas han tenido –dijo mientras me sonreía.
  ¡¿Una fiesta para él?! 
–¿Una fiesta...? –dije confundido.
Sí –contestó sonriente –y quiero que tú estés ahí conmigo –dijo acercándose.
  ¡¿Una fiesta para él y quiere que yo vaya?!
–¿Quieres... que yo vaya contigo? –pregunté vacilando.
–Por supuesto –respondió él poniéndose serio. –¿O es que acaso dirás que no? 
  No sabía que responder.
–No lo sé... creo que mejor no voy –dije algo apenado –¿qué haré yo en esa fiesta? Estaría muy fuera de lugar. Todos muy elegantes y...
–Éso no es problema para ti –se adelantó a decir –toma –dijo acercándome una llave –esta es la llave del armario. Allí encontrarás un traje que he comprado para ti –decía dándose la media vuelta hacia el living –así que, no tienes excusas. ¿Irás o no?
–...Chiharu, te agradezco que hayas comprado un traje para mí... pero, creo que no iré. Todo lo que ha pasado, las noticias, los rumores. Que yo aparezca en la fiesta sería un break point en las sospechas de una relación entre tú y yo. 
–Entonces, no irás.
–No –respondí tragando saliva. Fue un trago amargo. Creí que lloraría por haberle negado la invitación.
  Chiharu-san no respondió. Siguió su camino, se sentó en el sofá y prendió un cigarro.
–¡CHISA-KUN! –se oyó exclamar a una dama cruzando la puerta estrepitosamente –¡Estos son los diseños de las invitaciones! ¡Échales un vistazo!
  Entró con un maletín repleto de pequeñas copias de todos los colores. 
  Su aspecto era demasiado frívolo. Su nariz respingada y cabello rojo oscuro le daban un aspecto glamoroso pero, a la vez, un estilo totalmente radical a lo que debiera lucir. En mi opinión, jamás había visto secretaria alguna como ella. Digo secretaria porque supongo que eso es...
–¿Qué rayos haces aquí? –respondió Chiharu volteando la cabeza con aspecto de horror. 
–¡¿Cómo que qué hago aquí?! ¡Soy la encargada de tus eventos y ventas! –respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja, al mismo tiempo que volteaba la cabeza de un lado a otro con aspecto feliz. Creo que se percató de mi presencia pocos minutos después de haber aparecido de esa manera, ya que al verme dejó de actuar de ese modo, para pasar a una conducta que incluía ojos brillosos, dejación total de lo que la rodeaba, y nos miraba a ambos, a Chiharu y a mí, con gesto coqueto y de asombro.
–¿Arekusandā Mitsou? –inquirió mirándome de pies a cabeza.
–Sí... –contesté mirándola con recelo –¿Cómo lo sabes?
–Chisa-kun me ha hablado mucho de ti –respondió ella sonriendo.
  En ese momento, noté un leve quejido de Chiharu-san, entretanto mis mejillas se enrojecían por la respuesta de la señorita: "Me ha hablado mucho de ti"... 
–A todo esto, no quiero presentarme a la fiesta –dijo inhalando de su cigarrillo.
–¿Estás loco? ¡Debes presentarte! La fiesta es hoy en la noche –respondió ella con la mirada asustada.
–Oiga, ¿cuál es su nombre? –pregunté a la rara visitante.
–Mi nombre es Ruchia Takashi, y soy la representante de Chisa-kun –dijo sonriente extendiendo la mano.
–U-un placer, Ruchia-san –respondí estrechando la mano.
  Conque a Chiharu-san le dicen Chisa... No sabía que un tipo tan serio y seductor tendría un apodo tan divertido y sencillo.
–Recuerdo haberte dicho, Ruchia, que no necesitaba de tus visitas en mi casa, mucho menos en los fines de semana –decía Chiharu-san mirándola con enojo.
–Te recuerdo que el señor Takemura no se entera de nada debido a sus ausencias. S tu cooperaras un poco más en las juntas que realizamos cada martes en Shibuya no me vería en la necesidad de visitarte todas las semanas. ¡No has asistido a ninguna de las reuniones desde que se iniciaron! Es por eso que debo venir a informarte de las noticias y decisiones que se toman cada vez que nos congregamos.
–¿Y por qué no vas? –pregunté tímido a Chiharu.
–Porque tengo cosas más importantes que atender –contestó levantándose –. Por lo menos, una sola semana, ahórrame el disgusto de tener que oír las estupideces que se discuten entre ese bando de corruptos, ¿de acuerdo? Ahora, ¿algo más que decir? Me parece que ya debes irte.
–¡Tonterías! –exclamó ella dirigiéndose hacia mí –¿Está todo bien? –preguntó mirándome.
–Sí, todo bien –respondí sonriendo levemente –. ¿Por qué la pregunta?
–No, por nada... –respondió ella –. Muy bien, me iré. Debo arreglar los últimos detalles para la fiesta cuanto antes. Chisa-kun, ¡te espero en la fiesta! Puedes llevar un invitado si quieres... –dijo mirándome.
–No iré, de todos modos a quien decidí invitar, me dijo que no, por lo tanto, menos ganas tengo de presentarme en ese lugar –respondió Chiharu-san mirándome, enseguida girando la cabeza hacia otro lado.
–Eso no importa, te quiero ver en la fiesta. ¡340 personas estarán ahí! Debes ir –dijo volteando hacia mí –y... –dijo acercando su rostro –sospecho que tú eres su invitado especial. No hagas que la empresa pierda dinero en los arreglos que no servirán de nada si Chiharu-san no viene. Dile que sí, si en verdad lo amas... –culminó caminando hacia la salida –¡Hasta pronto, chicos! –se despidió agitando la mano.
  ¡¿Qué diablos haré ahora?! "Dile que sí, si en verdad lo amas". ¡Por amor de Dios! No hallo qué hacer ahora. Lo amo... sí. Pero, ¡¿qué rayos hago?! No me sentiré cómodo en aquel lugar, ¡rodeado de gente importante y adinerada! Encima con todo lo que ha pasado, me da mucha más vergüenza presentarme como el "acompañante" de Chiharu, el protagonista de esos rumores. De verdad, no sé qué hacer...

No hay comentarios:

Publicar un comentario