jueves, 14 de julio de 2011

Ai no tetsugaku - Capítulo 18 1/2: "Un menú de opciones".

–Oye, ¿todavía sigues alimentándolas?  –preguntó Chiharu a lo lejos, sorprendido  –¡Las engordarás, bobo!  –dijo riendo.
¿Por qué engordarán? Sólo tienen hambre  –respondí arrojando lo que me quedaba de pan picado–. Pobrecitas palomas. Sólo míralas. ¿No son adorables?
–Más adorable me pareces tú  –comentó acercándose por detrás, rodeando con sus brazos mi cintura. Por cierto, termina de una vez por todas de alimentarlas, si no comenzaré a sentirme celoso. 
–¿Por qué? –pregunté riéndome de lo que había dicho.
Porque eres mío. Por eso –respondió en seco. Entonces, Chiharu giró mi cabeza en dirección a su rostro, y me besó, acariciando mi cabello.
  Era uno de esos días en que todo parecía perfecto. Habíamos acordado Chisa y yo en visitar el parque de cisnes que tanto anunciaban en la tele. Llevamos una canasta llena de sándwiches, frutas, entre otros alimentos. Él, por su parte, llevó una mochila donde había guardado su notebook, unos abrigos, agua, café y un listado de las instrucciones que el doctor dejó para mi cuidado.
  Chiharu se había vuelto bastante molesto. Y digo molesto porque todo el tiempo me tomaba la temperatura, preguntaba si me dolía algo o cada intervalo de horas, me llamaba para tomarme mis medicinas. Era casi como mi enfermera privada, o peor, como mi madre. Sin embargo, admito que su preocupación me parece de lo más tierna. 
  Él ha vuelto a ser el mismo pintor atractivo de antes. Se cortó la barba, peina su cabello de aquella manera elegante pero salvaje. Huele como un jardín celestial, y su ropa está impecable, tan impecable como la nieve. Luce como un ángel que cayó por accidente en la Tierra.
Arekusandā –dijo Chiharu apareciendo con un vaso de agua, lo típico –, debes tomar el antibiótico que el doctor dejó para ti... –decía acercándome un el vaso –, toma.
  No tenía opción. Dejé mi cámara fotográfica de lado y recibí el vaso con la pastilla. Coloqué la tableta en mi lengua, y a continuación, la tragué con el agua. Chiharu acarició mi pelo, besó mi frente, y se llevó el recipiente. Entonces volví a una de mis grandes pasiones: fotografiar paisajes. Creo que había pasado una hora completa fotografiando las flores, árboles, cielo y animales.
–Escogiste mal tu profesión –comentó Chiharu mientras comía una manzana, sentado en el pasto.
–¿Qué? –dije, saliendo de mi fascinación por presionar el botón 'take' –¿Por qué?
–Pues porque veo que eres muy aficionado por las fotografías, Areku. 
–Bueno... siempre me ha gustado. Pero la filosofía es otro cuento. Mi gusto por tomar fotos no se asemeja a la devoción por aprender acerca de teorías –respondí entretanto enfocaba hacia el rostro de Chisa-kun.
–¿Qué haces? –preguntó riendo nervioso.
–No te muevas –dije. Chiharu dirigió sus ojos hacia la cámara, y con una mirada extremadamente atractiva, figuró como la mejor imagen que jamás había sacado.
–La cámara te ama –dije sentándome a su lado–. Mira –dije mostrándole la foto–. Te ves increíble.
–Espero que la cámara no sea la única que me ame... –insinuó mientras miraba la captura.
–Por supuesto que no es la única –dije sonriendo–. Yo también te amo. Mucho más que ella a ti.
–Cómo me alegra escuchar eso –replicó Chiharu abrazándome, dejando a la cámara de lado.
  Nos abrazamos y acostamos en el pasto. Coloqué mi cabeza en su pecho, mientras él acariciaba mi cabello con suavidad. Se había vuelto la sensación más linda de todas que su mano me estuviera tocando. 
–No logro darme cuenta de cuándo fue que llegué a sentir todo esto tan rápido –comenté, cortando el silencio que sólo era interrumpido por el sonido de nuestra respiración y el latir del corazón de Chisa. Te evitaba. Pensaba que eras un loco pervertido, pero lentamente fuiste conquistando mi corazón, hasta el punto en que debía reconocer que ya no podía negar lo que sentía.
   Chisa permaneció en silencio. Tiempo después, se volteó hacia mí y sonrió.
–¿Creíste que era un loco pervertido? –preguntó riendo.
–Bueno, eso fue antes de conocerte bien –aclaré apenado.
–Jamás creí que tuviera un aspecto pervertido –dijo pensativo. 
–¡Tonto! –exclamé dándole una palmada en la pierna –No eres de aspecto pervertido. Sólo tienes una personalidad muy atractiva y seductora... eso es todo –dije mirándolo.
–Pues gracias –respondió sonriéndome. Acarició mi mejilla y nos volvimos a recostar en el pasto.

3 comentarios:

  1. awww cada ves que leo los nuevos capítulos me enamoro mas de Chisa-kun ^_^ <3<3<3<3

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mucho la forma de escribir!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! aunque me parecen muy apresurados los romances, sin embargo me lei todo de corrido no podia dejarla para otro momento simplemente cautivadora,aclaro nunca me gusto el Yaoi xD
    En fin yo tambien tengo un pequeño blogcito muy joven donde estoy comenzando a publicar un humilde relato ojala te des una vuelta.Saludos y mis mas sinceras felicitaciones!

    ResponderEliminar
  3. me gusta estan muy lindas las historias, creo q a sido apresurado el romance hasta ahora creo que le a faltado mas suspenso antes de la aseptacion del amor, pero espero q estas historias continuen y nos traigan nuevas emociones

    ResponderEliminar